Encontrados 24 resultados para: herido

  • El sumo sacerdote Azarías y todos los sacerdotes, al mirarlo, vieron que tenía lepra en la frente. Por lo cual lo echaron de allí rápidamente; y él mismo se apresuró a salir porque Yavé lo había herido. (2 Crónicas 26, 20)

  • Los arqueros tiraron contra el rey Josías, y dijo el rey a sus servidores: «Llévenme fuera, pues estoy gravemente herido.» (2 Crónicas 35, 23)

  • «Escucha, señor, una palabra y no habrá ni un solo herido en tu ejército. (Judit 7, 9)

  • Su jefe no fue derribado por jóvenes guerreros, ni herido por hijos de titanes, ni atacado por gigantes. ¡Fue Judit, hija de Merarí, que con la hermosura de su rostro lo desarmó! (Judit 16, 6)

  • Porque soy pobre y desdichado, herido está mi corazón dentro de mí, (Salmos 109, 22)

  • Entonces, cayó herido Judas, el hermano de Juan. Pero Juan los persiguió hasta que Cendebeo entró en Cedrón, que había fortificado. (1 Macabeos 16, 9)

  • Fue detenido, enjuiciado y eliminado ¿y quién ha pensado en su suerte? Pues ha sido arrancado del mundo de los vivos y herido de muerte por los crímenes de su pueblo. (Isaías 53, 8)

  • Les has herido, pero no han sentido; los has aplastado, pero no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como una roca y se han negado a convertirse. (Jeremías 5, 3)

  • ¿Has rechazado para siempre a Judá, o tu alma está aburrida con Sión? ¿Por qué nos has herido sin esperanza de mejorar? Esperábamos la paz, y ninguna cosa buena llegó, la hora de nuestra mejoría, y se presentó el susto. (Jeremías 14, 19)

  • ¡Todos tus amantes te olvidaron, ya no se interesan por ti! Sí, yo te he herido como hiere el enemigo, con un golpe seco, por tu enorme culpa y por tus numerosos pecados. (Jeremías 30, 14)

  • El poder de Moab se ha venido abajo, ha sido herido su brazo. (Jeremías 48, 25)

  • Todos ustedes que pasan por el camino, miren y observen si hay dolor semejante al que me atormenta, con el que Yavé me ha herido en el día de su ardiente cólera. (Lamentaciones 1, 12)


“Deus é servido apenas quando é servido de acordo com a Sua vontade.” São Padre Pio de Pietrelcina