Encontrados 196 resultados para: fiesta de las Tiendas

  • Asimismo atacaron las tiendas donde se recogían los ganados, capturando gran cantidad de ovejas y camellos. Después se volvieron a Jerusalén. (2 Crónicas 14, 14)

  • Se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta de los Azimos en el mes segundo; era una asamblea muy grande. (2 Crónicas 30, 13)

  • Los hijos de Israel que estaban en Jerusalén celebraron la fiesta de los Azimos por siete días con gran alegría, mientras los levitas y los sacerdotes alababan a Yavé todos los días con todas sus fuerzas. (2 Crónicas 30, 21)

  • Los hijos de Israel que se encontraban allí celebraron en este tiempo la Pascua, y también la fiesta de los Azimos durante siete días. (2 Crónicas 35, 17)

  • Celebraron la fiesta de los Tabernáculos, como está escrito, y ofrecieron cada día víctimas consumidas por el fuego, según el rito establecido. (Esdras 3, 4)

  • Celebraron con alegría durante siete días la fiesta de los Azimos, pues estaban muy contentos porque Yavé había cambiado las disposiciones del rey de Asiria a su respecto, y les había permitido continuar la obra de reconstrucción de la Casa del Dios de Israel. (Esdras 6, 22)

  • También los levitas tranquilizaron al pueblo diciéndole: «Dejen de llorar. Este día es día de fiesta. No estén tristes.» (Nehemías 8, 11)

  • Y el pueblo se fue a comer, a beber y a repartir porciones, a hacer una gran fiesta, porque habían entendido lo que les habían dicho. (Nehemías 8, 12)

  • Allí leyeron que Yavé había ordenado a los hijos de Israel que vivieran en chozas durante la fiesta del séptimo mes. (Nehemías 8, 14)

  • Leyeron el libro de la Ley de Dios diariamente, desde el primer día hasta el último de la fiesta; la fiesta duró siete días y se concluyó el día octavo con una asamblea. (Nehemías 8, 18)

  • Si la gente del país trae en día sábado mercancías o cualquier otra clase de alimentos para vender, nada les compraremos en día sábado, ni en ningún otro día sagrado de fiesta. El año séptimo dejaremos sin cultivar nuestros campos y perdonaremos todo lo que se nos deba. (Nehemías 10, 32)

  • Aquel día se ofrecieron grandes sacrificios y la gente se entregó a la diversión, pues Dios les había concedido una gran alegría; también las mujeres y los niños participaron en la fiesta. La bulla de Jerusalén se oía desde lejos. (Nehemías 12, 43)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina