Encontrados 448 resultados para: familia de Manasés

  • Tobías contó a su padre que había encontrado a un hermano israelita, y el padre le contestó: «Llámalo para saber a qué familia y tribu pertenece; y si es digno de confianza, para que te acompañe.» Tobías llamó al joven (Tobías 5, 9)

  • «¿A qué familia y tribu perteneces?», preguntó Tobit. (Tobías 5, 11)

  • Tobit exclamó: «Que te conserves sano y salvo, hermano. No te enojes porque he querido conocer la verdad acerca de tu familia. Eres de nuestra parentela, de clase buena y honrada. Conozco a Ananías y a Natán, hijos de Semeías, el grande. Ibamos a Jerusalén y rezábamos juntos allí; ellos nunca cayeron en el error cuando se desviaron sus hermanos; tus hermanos son buenos, tu raza es noble. ¡Bien venido seas!» (Tobías 5, 14)

  • Respondió el ángel: «¿Acaso has olvidado las recomendaciones de tu padre, que te mandó tomar esposa de su familia? Hermano, no te preocupes por el demonio y cásate con ella. Te aseguro que esta misma noche ella será tu esposa. (Tobías 6, 15)

  • Cuando murió su madre, Tobías la enterró junto a su padre. Entonces, él y su familia se dirigieron a Media y se quedaron a vivir en Ecbátana junto a Ragüel. (Tobías 14, 12)

  • Manasés, su esposo, de su misma tribu y familia, había muerto durante la cosecha de la cebada. (Judit 8, 2)

  • Hacía tres años y medio que Judit era viuda de Manasés. (Judit 8, 4)

  • Era extremadamente hermosa. Su marido le había dejado muchas riquezas, familia numerosa y posesiones llenas de rebaños de vacas y de ovejas, quedando ella como dueña. (Judit 8, 7)

  • Es verdad que no se encontraría en nuestros días tribu, familia, pueblo o ciudad de las nuestras que se postre ante dioses hechos por mano del hombre, como sucedió en otros tiempos, (Judit 8, 18)

  • Se quitó el saco que vestía y, después de bañada, cambió sus vestidos de viuda por los de fiesta, que usaba cuando vivía su esposo Manasés; se echó perfumes, se peinó y se adornó la cabeza con una cinta; (Judit 10, 3)

  • Muchos le ofrecieron matrimonio, pero no aceptó a nadie desde que murió su esposo Manasés, y fue a reunirse con su pueblo. (Judit 16, 22)

  • Su vejez la pasó en casa de su marido. A su sierva le dio la libertad. Murió en Betulia a la edad de ciento cinco años y fue sepultada en el sepulcro de Manasés. (Judit 16, 23)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina