Encontrados 358 resultados para: familia de Aser

  • Uno de ellos comentaba: «Si alguien mata a ese hombre que así insulta a Israel, el rey lo colmará de riquezas, le dará a su hija por esposa y dará títulos a la familia de su padre.» (1 Samuel 17, 25)

  • David dijo a Saúl: «¿Quién soy yo, y quién es mi familia? ¿Y de qué consideración goza la familia de mi padre en Israel, para que yo llegue a ser el yerno del rey?» (1 Samuel 18, 18)

  • Si tu padre nota mi ausencia, le dirás: David me rogó que lo dejara ir a Belén, su pueblo natal, pues celebran allí el sacrificio anual para la familia. (1 Samuel 20, 6)

  • ten siempre compasión y trata con bondad a mi familia, aun cuando Yavé arranque de la faz de la tierra a tus enemigos, haciendo justicia de ellos.» (1 Samuel 20, 15)

  • De esta manera Jonatán pactó alianza con la familia de David. (1 Samuel 20, 16)

  • Me dijo: Déjame ir, por favor, porque se celebra un sacrificio de familia en nuestra ciudad y mi hermano me ha invitado. Si quieres, pues, hacerme un favor, permíteme dar una vuelta por allí para ver a mis hermanos. Por eso no ha venido a la mesa del rey.» (1 Samuel 20, 29)

  • David salió de allí y se refugió en la caverna de Adulam. Al saberlo sus hermanos y toda la familia de su padre, bajaron a recibirlo. (1 Samuel 22, 1)

  • El rey mandó llamar al sacerdote Ajimelec, hijo de Ajitub, a toda la familia de su padre y a los sacerdotes que había en Nob. (1 Samuel 22, 11)

  • ¿Es acaso hoy la primera vez que yo he consultado a Dios por él? ¡Líbreme Dios! No sospeche el rey una rebeldía ni de mí, su siervo, ni de toda la familia de mi padre, porque yo no sabía de todo esto ni poco ni mucho.» (1 Samuel 22, 15)

  • El rey respondió: «Vas a morir, Ajimelec, tú y toda la familia de tu padre.» (1 Samuel 22, 16)

  • David respondió a Abiatar: «Ya sabía yo aquel día que, estando Doeg el edomita, no dejaría de avisar a Saúl. Yo soy el responsable de que haya perecido la familia de tu padre. (1 Samuel 22, 22)

  • Júrame entonces que no borrarás el nombre de mi familia, exterminando a mi descendencia.» (1 Samuel 24, 21)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina