Encontrados 43 resultados para: faltas

  • Tus mismas faltas te castigan y tus infidelidades te condenan. Reconoce y comprueba cuán malo y amargo resulta abandonar a Yavé, tu Dios, y dejar de temerme a mí -palabra de Yavé Sabaot-. (Jeremías 2, 19)

  • Aunque te laves, te limpies y te restriegues, ante mí no desaparecerá la mancha de tus faltas -palabra de Yavé-. (Jeremías 2, 22)

  • Aunque nuestras faltas nos acusen, tú, Yavé, haz algo para gloria de tu nombre. En verdad, muchas son nuestras rebeldías, y grande nuestro pecado contra ti. (Jeremías 14, 7)

  • Aquí estamos, todavía hoy, en este destierro en que nos dispersaste para ser despreciados, maldecidos y condenados, después de todas las faltas de nuestros padres que se alejaron del Señor Dios nuestro. (Baruc 3, 8)

  • Pero ocurre que ese hombre tiene un hijo violento, que derrama sangre y comete esas faltas (Ezequiel 18, 10)

  • Así pondré término a la degradación en el país; eso servirá de lección a todas las mujeres, para que no cometan las mismas faltas. (Ezequiel 23, 48)

  • Sus faltas les impiden volver a su Dios, un espíritu de prostitución se ha hecho dueño de ellos y ya no conocen a Yavé. (Oseas 5, 4)

  • Vuelve, Israel, junto a Yavé, tu Dios, pues tus faltas te hicieron tropezar. (Oseas 14, 2)

  • Yo, al contrario, estoy lleno del espíritu de Yavé. El me da celo por la justicia, me llena de fuerza y de ánimo para denunciar a Jacob su pecado, para descubrir las faltas de Israel. (Miqueas 3, 8)

  • Una vez más te compadecerás de nosotros, pisotearás nuestras faltas. Tira, pues, al fondo del mar todos nuestros pecados. (Miqueas 7, 19)

  • Ese día ya no tendrás que avergonzarte de todas esas faltas que cometes contra mí, pues de en medio de ti yo arrancaré a aquellos que se jactan de su orgullo y tú no seguirás vanagloriándote de mi montaña santa. (Sofonías 3, 11)

  • para que su Padre del Cielo les perdone también a ustedes sus faltas.» (Evangelio según San Marcos 11, 26)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina