Encontrados 89 resultados para: estuvo
Simón acampó frente a Betsur y la estuvo sitiando un buen tiempo. (1 Macabeos 11, 65)
Así llegaron todos sanos y salvos al país de Judea. Lloraron a Jonatán y los suyos; todo Israel estuvo de duelo. (1 Macabeos 12, 52)
El pueblo entero estuvo de acuerdo en conceder a Simón el derecho a obrar conforme a estas disposiciones, (1 Macabeos 14, 46)
él les mandó que lo sacaran y trajeran. Cuando estuvo dispuesto el sacrificio sobre el altar, Nehemías mandó a los sacerdotes que rociaran con aquel líquido la leña y lo que habían colocado sobre ella. (2 Macabeos 1, 21)
Cuando estuvo completamente mutilado, el rey ordenó que, estando todavía vivo, lo acercaran al fuego y lo echaran en una sartén. Mientras el vapor de la sartén se esparcía a lo lejos, los otros se daban valor mutuamente y con la madre para morir con valentía. (2 Macabeos 7, 5)
Cuando estuvo allí, convocó a sus compatriotas y a los sacerdotes, se puso ante el altar y mandó a buscar a los de la ciudadela; (2 Macabeos 15, 31)
Ezequías estuvo tan contento que enseñó a los mensajeros la sala del tesoro, con la plata, el oro, los perfumes, los aceites aromáticos, como también su arsenal y todo lo que había en sus bodegas. Nada quedó de su palacio y de sus dependencias que no se lo mostrase Ezequías. (Isaías 39, 2)
Así habla Yavé, tu redentor, el que te formó desde el seno materno: Yo, Yavé, he hecho todas las cosas, yo solo estiré los cielos, yo afirmé la tierra, ¿y quién estuvo conmigo? (Isaías 44, 24)
La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado de Sedecías. (Jeremías 52, 5)
y se alegró de tu caída y estuvo feliz con tu ruina, porque se verá afligida a su vez y destruida. (Baruc 4, 33)
Las naciones comprenderán que si el pueblo de Israel estuvo en el exilio, fue porque pecó contra mí; le oculté mi rostro porque me fue infiel; lo entregué en manos de sus enemigos, y todos murieron a espada. (Ezequiel 39, 23)
Fue expulsado de la sociedad, pues se comportaba como un bruto, y estuvo entre las fieras del campo. Comía hierba como los bueyes, vivía a la intemperie como los rebaños hasta que reconoció que el Dios Altísimo tiene en su mano los tronos de los hombres y coloca en ellos a quien quiere (Daniel 5, 21)