Encontrados 746 resultados para: espíritu santo

  • El jefe del ejército de Yavé le dijo: «Quítate el calzado de tus pies; el lugar que pisas es santo.» Así lo hizo Josué. (Josué 5, 15)

  • Josué contestó al pueblo: «¿Serán ustedes capaces de servir a Yavé? Pues él es un Dios Santo, un Dios Celoso, que no soportará maldades ni faltas. (Josué 24, 19)

  • El espíritu de Yavé estuvo sobre él y se puso al frente de Israel. Hizo la guerra y Yavé puso en sus manos a Cusan Risataím, rey de Aram, al que venció. (Jueces 3, 10)

  • En ese momento el espíritu de Yavé revistió de su fuerza a Gedeón, el cual tocó el cuerno y se le unieron los hombres de Abiezer. (Jueces 6, 34)

  • Pero Yavé envió un espíritu de discordia entre Abimelec y los señores de Siquem; y entonces los señores de Siquem traicionaron a Abimelec. (Jueces 9, 23)

  • El espíritu de Yavé fue sobre Jefté. Recorrió Galaad y Manasés, pasó por Mizpá de Galaad y luego entró al territorio de los amonitas. (Jueces 11, 29)

  • El niño creció y Yavé lo bendijo. Luego el espíritu de Yavé comenzó a excitarlo en Mahane Dan, entre Sorá y Estaol. (Jueces 13, 25)

  • El espíritu de Yavé tomó a Sansón y, sin tener nada en la mano, despedazó al león como lo hubiera hecho con un cabrito. Pero nada de esto le contó ni a su padre ni a su madre. (Jueces 14, 6)

  • Luego el espíritu de Yavé lo tomó: bajó a Ascalón y mató allí a treinta hombres. Tomó sus despojos y entregó las mudas a los que habían acertado la adivinanza; luego, muy enojado, subió a la casa de su padre. (Jueces 14, 19)

  • Cuando llegaban a Lejí, los filisteos corrieron a su encuentro con gritos de triunfo, pero el espíritu de Yavé vino sobre él: las cuerdas que lo amarraban fueron como hilos de lino quemados al fuego y las ligaduras se deshicieron en sus brazos. (Jueces 15, 14)

  • Entonces Yavé hendió la cavidad que hay en Lejí y brotó agua de ella. Sansón bebió, recobró su espíritu y se reanimó. Por eso dio el nombre de En Hacore a la fuente que existe todavía en Lejí. (Jueces 15, 19)

  • Sólo Yavé es Santo, pues nada hay fuera de Ti, no hay roca tan firme como nuestro Dios. (1 Samuel 2, 2)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina