Encontrados 15 resultados para: escuchaba

  • Su padre, que también lo escuchaba, lo reprendió y le dijo: «¿Qué sueño es ese que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos tendremos que inclinarnos ante ti?» (Génesis 37, 10)

  • Moisés pronunció las palabras de este cántico ante el pueblo que lo escuchaba, y Josué, hijo de Nun, estaba con él. (Deuteronomio 32, 44)

  • En todas las tribus de Israel se escuchaba la misma queja: «El rey nos libró de nuestros enemigos, nos salvó de los filisteos y ahora tuvo que huir lejos de Absalón. (2 Samuel 19, 10)

  • y el pueblo no podía distinguir entre los gritos de júbilo y el clamor de los llantos, porque gritaba con alegría, y el ruido se escuchaba hasta lejos. (Esdras 3, 13)

  • mientras hasta élsubía el grito de los débiles: él escuchaba el lamento de los pobres. (Job 34, 28)

  • Mas apenas los veía en la miseria y escuchaba sus clamores, (Salmos 106, 44)

  • Sabrás que yo, Yavé, escuchaba todos tus insultos. Pues decías: "¡Están totalmente arruinadas, todo será para nosotros!" (Ezequiel 35, 12)

  • Era mucha la gente que escuchaba a Jesús, y estaba asombrada de sus enseñanzas. (Evangelio según San Mateo 22, 33)

  • Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga y mucha gente lo escuchaba con estupor. Se preguntaban: «¿De dónde le viene todo esto? ¿Y qué pensar de la sabiduría que ha recibido, con esos milagros que salen de sus manos? (Evangelio según San Marcos 6, 2)

  • pues Herodes veía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía respeto. Por eso lo protegía, y lo escuchaba con gusto, aunque quedaba muy perplejo al oírlo. (Evangelio según San Marcos 6, 20)

  • Si David mismo lo llama «Señor», ¿cómo puede entonces ser hijo suyo?» Mucha gente acudía a Jesús y lo escuchaba con agrado. (Evangelio según San Marcos 12, 37)

  • pero no sabían qué hacer, pues todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras. (Evangelio según San Lucas 19, 48)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina