Encontrados 618 resultados para: entrada en el reino

  • Entonces el nazireo se rapará su cabellera a la entrada de la Tienda de las Citas; tomará su cabellera de nazireo y la echará al fuego que arde debajo del sacrificio de comunión. (Números 6, 18)

  • Cuando suenen las dos, se reunirá junto a ti toda la comunidad, a la entrada de la Tienda de las Citas. (Números 10, 3)

  • Moisés oyó que el pueblo lloraba, cada familia a la entrada de su tienda, mientras ardía la cólera de Yavé. Moisés se afectó mucho por eso. (Números 11, 10)

  • Entonces Yavé bajó en la columna de nube y se puso a la entrada de la Tienda. Llamó a Aarón y a Miriam; quienes se acercaron. (Números 12, 5)

  • Partieron pues a explorar ese país desde el desierto de Sin hasta Rejov, a la entrada de Emat. (Números 13, 21)

  • Tomó pues cada uno su incensario, le puso fuego e incienso y se presentó a la entrada de la Tienda de las Citas, junto con Moisés y Aarón. (Números 16, 18)

  • Como Coré sublevara a toda la comunidad contra ellos a la entrada de la Tienda de las Citas, se manifestó la Gloria de Yavé a toda la comunidad. (Números 16, 19)

  • Se apartaron entonces (de las tiendas de Coré, Datán y Abirón;) mientras tanto Datán y Abirón habían salido a la entrada de su tienda junto con sus mujeres, sus hijos y sus pequeñuelos. (Números 16, 27)

  • Cuando Aarón volvió donde Moisés, a la entrada de la Tienda de las Citas, el flagelo había cesado. (Números 17, 15)

  • El sacerdote Eleazar untará su dedo en la sangre y rociará siete veces volviéndose hacia la entrada de la Tienda de las Citas. (Números 19, 4)

  • Moisés y Aarón se escaparon de en medio de la comunidad y se presentaron a la entrada de la Tienda de las Citas. Allí se pusieron con el rostro en tierra y se les apareció la Gloria de Yavé. (Números 20, 6)

  • Se rebalsa el agua de sus dos baldes, su simiente está bien regada, su rey es más poderoso que Agag, y su reino crece todavía! (Números 24, 7)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina