Encontrados 11 resultados para: enseñarles

  • En aquel día a mí me ordenó enseñarles las normas y los mandamientos que ustedes pondrán en práctica en la tierra donde van a entrar y que pasará a ser suya. (Deuteronomio 4, 14)

  • Pero tú te quedarás conmigo, para que yo te diga todos los mandamientos, preceptos y leyes que habrás de enseñarles y así los pongan en práctica en la tierra que yo quiero que sea suya . (Deuteronomio 5, 31)

  • Por mi parte, ¿cómo cometería este pecado de no interceder por ustedes ante Yavé o de no enseñarles el camino bueno y recto? (1 Samuel 12, 23)

  • Vengan, hijos, y pónganme atención, quiero enseñarles el temor del Señor. (Salmos 34, 12)

  • Jesús les pidió que se acercaran y empezó a enseñarles por medio de ejemplos: (Evangelio según San Marcos 3, 23)

  • Al desembarcar, Jesús vio toda aquella gente, y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente. (Evangelio según San Marcos 6, 34)

  • Luego comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los notables, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, que sería condenado a muerte y resucitaría a los tres días. (Evangelio según San Marcos 8, 31)

  • Jesús dejó aquel lugar y se fue a los límites de Judea, al otro lado del Jordán. Otra vez las muchedumbres se congregaron a su alrededor, y de nuevo se puso a enseñarles, como hacía siempre. (Evangelio según San Marcos 10, 1)

  • Al amanecer estaba ya nuevamente en el Templo; toda la gente acudía a él, y él se sentaba para enseñarles. (Evangelio según San Juan 8, 2)

  • Entonces Pedro, con los Once a su lado, se puso de pie, alzó la voz y se dirigió a ellos diciendo: «Amigos judíos y todos los que se encuentran en Jerusalén, escúchenme, pues tengo algo que enseñarles. (Hecho de los Apóstoles 2, 14)

  • pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles. El les ha dado la unción, y ella les enseña todo; ella es verdad y no mentira. Así, pues, quédense con lo que les ha enseñado. (1º Carta de Juan 2, 27)


“A sua casa deve ser uma escada para o Céu”. São Padre Pio de Pietrelcina