Encontrados 97 resultados para: encontró
Un día que salió Jeroboam de Jerusalén, el profeta Ajías, de Silo, lo encontró en el camino. Este iba cubierto con un manto nuevo y estaban los dos solos en el campo. (1 Reyes 11, 29)
Así que montó en el burro y partió tras el hombre de Dios, al que encontró sentado bajo un árbol. El anciano profeta le preguntó: «¿Eres tú el hombre de Dios que ha venido de Judá? (1 Reyes 13, 14)
Partió, pues, y encontró el cadáver tendido en el camino y al burro y al león que permanecían junto a él. (1 Reyes 13, 28)
Elías partió de allí. Encontró a Eliseo, hijo de Safat. Este estaba arando una parcela de doce medias hectáreas y llegaba a la última. Elías, al pasar, le echó su manto encima. (1 Reyes 19, 19)
encontró a los hermanos de Ocozías, rey de Judá. Les preguntó: «¿Quiénes son ustedes?» Ellos respondieron: «Somos los hermanos de Ocozías y vamos a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina.» (2 Reyes 10, 13)
Saliendo de allí encontró a Jonadab, hijo de Recab, que le salía al encuentro; Jehú lo saludó y le dijo: «¿Quieres ser leal conmigo como yo quiero serlo contigo?» Jonadab respondió: «Sí.» Y Jehú le dijo: «Dame tu mano.» Le dio la mano y él lo hizo subir a su carro. (2 Reyes 10, 15)
Se fue el general y encontró al rey de Asur que estaba atacando la ciudad de Libná, (2 Reyes 19, 8)
Mientras Jehú hacía justicia con la familia de Ajab, se encontró con los jefes de Judá y con los parientes de Ocozías que estaban a su servicio, y los mató. (2 Crónicas 22, 8)
Amasías reunió a todos los judíos de Judá y de Benjamín y los organizó con jefes de millar y de cien; hizo el censo de ellos, desde los veinte años para arriba, y encontró trescientos mil hombres escogidos, aptos para la guerra y el manejo de la lanza y el escudo grande. (2 Crónicas 25, 5)
Cuando estaban sacando el dinero traído de la Casa de Yavé, el sacerdote Helquías encontró el libro de la Ley de Yavé dada a Moisés. (2 Crónicas 34, 14)
y encontró en Ecbatana, fortaleza situada en la provincia de Media, un rollo en que estaba escrito lo que sigue: (Esdras 6, 2)
En aquel tiempo se leyó en presencia del pueblo el libro de la Ley de Moisés, y se encontró escrito en él: «El amonita y el moabita jamás entrarán en la asamblea de Dios, (Nehemías 13, 1)
