Encontrados 182 resultados para: disputa por el trono

  • Después encabezó a los jefes de cien, a los notables, a los dirigentes del pueblo y a toda la población del país; y haciendo bajar al rey de la Casa de Yavé, entraron por la puerta superior en la casa del rey y lo sentaron en el trono del reino. (2 Crónicas 23, 20)

  • Nabucodonosor, indignado con todas aquellas naciones, juró por su trono y por su reino vengarse de todas ellas. (Judit 1, 12)

  • Estaba éste sentado en su trono real, aparecía muy respetable, revestido de los ornamentos con que se presentaba en público y resplandeciente de oro y piedras preciosas. Levantando sus ojos, que impresionaban por su seriedad, los fijó en Ester, muy enojado. (Ester 15, 10)

  • no aparta su mirada de los justos. Si pone en el trono a los reyes, es para que perdure su reinado; pero si se dejan dominar por la soberbia, (Job 36, 7)

  • Te has sentado en tu trono, cual juez justo y has reinvindicado mi causa y mis derechos. (Salmos 9, 5)

  • Pero el Señor reina para siempre y establece su trono para el juicio. (Salmos 9, 8)

  • El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo. Sus ojos están observando y fija su mirada en los hijos de Adán. (Salmos 11, 4)

  • Tronó el Señor desde los cielos, el Altísimo hizo oír su voz. (Salmos 18, 14)

  • Tu trono, oh Dios, es firme para siempre. Cetro de rectitud es el de tu reinado. (Salmos 45, 7)

  • Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su santo trono. (Salmos 47, 9)

  • "Establecí tu linaje para siempre, asenté tu trono de siglo en siglo." (Salmos 89, 5)

  • Justicia y derecho son la base de tu trono, Amor y Fidelidad van delante de ti. (Salmos 89, 15)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina