Encontrados 127 resultados para: dieron

  • Otras semillas cayeron entre espinos: los espinos crecieron y las sofocaron, de manera que no dieron fruto. (Evangelio según San Marcos 4, 7)

  • y le dieron la noticia: ¡Es Jesús, el nazoreo, que pasa por aquí! (Evangelio según San Lucas 18, 37)

  • Porque llegarán días en que se dirá: «Felices las mujeres que no tienen hijos. Felices las que no dieron a luz ni amamantaron.» (Evangelio según San Lucas 23, 29)

  • Los discípulos no se dieron cuenta de esto en aquel momento, pero cuando Jesús fue glorificado, recapacitaron que esto había sido escrito para él y que lo habían hecho para él. (Evangelio según San Juan 12, 16)

  • El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de un madero. (Hecho de los Apóstoles 5, 30)

  • Pedro y Juan dieron testimonio y, después de predicar la Palabra del Señor, volvieron a Jerusalén. Por el camino evangelizaron varios pueblos de Samaría. (Hecho de los Apóstoles 8, 25)

  • Judas y Silas, que también eran profetas, dieron ánimo y confortaron a los hermanos con un largo discurso. (Hecho de los Apóstoles 15, 32)

  • Apenas dejaron la cárcel fueron a casa de Lidia. Allí se encontraron con los hermanos, a los que dieron ánimo y antes de marcharse. (Hecho de los Apóstoles 16, 40)

  • Pero cuando se dieron cuenta de que era judío, todos a una voz se pusieron a gritar, y durante casi dos horas sólo se oyó este grito: «¡Grande es la Artemisa de los efesios!» (Hecho de los Apóstoles 19, 34)

  • Todos, por supuesto, dieron gloria a Dios por lo que escuchaban, pero luego le dijeron: «Bien sabes, hermano, cuántas decenas de millares de judíos han abrazado la fe en Judea, y todos ellos son celosos partidarios de la Ley. (Hecho de los Apóstoles 21, 20)

  • Así lo hice en Jerusalén con los poderes que me dieron los jefes de los sacerdotes: hice encarcelar a muchos creyentes, y cuando eran condenados a muerte, yo di también mi voto. (Hecho de los Apóstoles 26, 10)

  • A pesar de que conocían a Dios, no le rindieron honores ni le dieron gracias como corresponde. Al contrario, se perdieron en sus razonamientos y su conciencia cegada se convirtió en tinieblas. (Carta a los Romanos 1, 21)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina