Encontrados 372 resultados para: desierto del Sinaí

  • Ahora está plantada en una tierra árida, en el desierto. (Ezequiel 19, 13)

  • Una vez que salieron de Egipto, los conduje al desierto. (Ezequiel 20, 10)

  • Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto. No siguieron mis mandamientos, menospreciaron mis leyes, las que debe el hombre practicar para vivir, no tuvieron respeto alguno por mis sábados. Entonces pensé descargar mi cólera contra ellos y hacerlos desaparecer en el desierto. (Ezequiel 20, 13)

  • Una vez en el desierto, sin embargo, juré que no los llevaría al país que les había prometido, a ese país que mana leche y miel, el más bello de todos los países. (Ezequiel 20, 15)

  • Pero tuve para con ellos una mirada compasiva, no los destruí ni los exterminé en el desierto. (Ezequiel 20, 17)

  • Dije a sus hijos en el desierto: No sigan las huellas de sus padres, ni imiten su conducta, no se vuelvan impuros sirviendo a sus ídolos. (Ezequiel 20, 18)

  • Pero los hijos se rebelaron contra mí, no siguieron mis mandamientos, no observaron mis leyes (esas leyes que el hombre debe poner en práctica para vivir) y no tuvieron respeto alguno por mis sábados. Pensé desencadenar mi cólera contra ellos, derramar mi furor sobre ellos en el desierto, (Ezequiel 20, 21)

  • Sin embargo, aún en el desierto, juré echarlos a las naciones y dispersarlos entre los países extranjeros. (Ezequiel 20, 23)

  • Los llevaré al desierto y allí los juzgaré cara a cara. (Ezequiel 20, 35)

  • Los juzgaré, dice Yavé, como juzgué a sus padres en el desierto de Egipto. (Ezequiel 20, 36)

  • Se oía el ruido como de una muchedumbre enfiestada a la que se habían juntado hombres venidos del desierto; estos colocaban brazaletes en las manos de las mujeres y espléndidas coronas en sus cabezas. (Ezequiel 23, 42)

  • Esto dice Yavé: Levantaré mi mano en contra de Edom y acabaré con hombres y animales; lo convertiré en un desierto: Desde Temán a Dedán caerán por la espada. (Ezequiel 25, 13)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina