Encontrados 380 resultados para: derrota de los enemigos

  • Los mismos elementos que habían servido para castigar a sus enemigos se transformaban en benéficos para el pueblo santo. (Sabiduría 11, 5)

  • Después de haber padecido de sed, comprendieron mejor cómo castigabas a sus enemigos. (Sabiduría 11, 8)

  • Pusiste a prueba a tu pueblo como un padre corrige a su hijo, pero a sus enemigos los condenaste como lo hace un rey severo. (Sabiduría 11, 10)

  • Incluso con los cananeos, enemigos de tus hijos y dignos de muerte, actuaste con moderación e indulgencia para darles tiempo y oportunidad a que se convirtieran. (Sabiduría 12, 20)

  • De tal manera que cuando castigas a nuestros enemigos con moderación, lo haces para que aprendamos, para que pensemos en tu bondad cuando nos toque ser jueces, y para que confíemos en tu misericordia cuando seamos juzgados. (Sabiduría 12, 22)

  • Pero los enemigos de tu pueblo, los que lo oprimieron, eran realmente insensatos, y merecían más lástima que pobres niños ingenuos. (Sabiduría 15, 14)

  • Cuando nuestros enemigos tenían hambre, sintieron asco ante el aspecto horroroso de los animales que les enviaste; tu pueblo, en cambio, después de una breve privación, disfrutó de un alimento exquisito. (Sabiduría 16, 3)

  • Era necesario que se castigara a los opresores con un hambre implacable, y que tu pueblo, en cambio, viera de qué manera eran torturados sus enemigos. (Sabiduría 16, 4)

  • Y allí una vez más mostraste a nuestros enemigos que eres tú el que envía cualquier castigo. (Sabiduría 16, 8)

  • Se parecía a la nieve, pero soportaba el fuego sin derretirse; mientras que por ese tiempo las cosechas de los enemigos eran presa de las llamas que ardían en medio del granizo: los relámpagos brillaban bajo la lluvia. (Sabiduría 16, 22)

  • Tu pueblo, pues, aguardaba el momento en que los justos serían salvados y sus enemigos, arruinados; (Sabiduría 18, 7)

  • En ese mismo momento le hacían eco los clamores confusos de sus enemigos, junto con los gritos lastimeros de los que lloraban a sus hijos. (Sabiduría 18, 10)


“Lembre-se de que os santos foram sempre criticados pelas pessoas deste mundo, e puseram sob seus pés o mundo e as suas máximas .” São Padre Pio de Pietrelcina