Encontrados 218 resultados para: culto a ídolos

  • también ellos se construyeron santuarios en las lomas, cipos e ídolos en toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso. (1 Reyes 14, 23)

  • Expulsó del país a todos los afeminados y destruyó los ídolos que sus padres habían construido. (1 Reyes 15, 12)

  • por todos los pecados que Basá y Elá, su hijo, cometieron e hicieron cometer a Israel, provocando con sus vanos ídolos la indignación de Yavé, Dios de Israel. (1 Reyes 16, 13)

  • Fue en todo por el camino de Jeroboam, hijo de Nabat, e hizo pecar a Israel de la misma manera, irritando a Yavé, su Dios, con sus vanos ídolos. (1 Reyes 16, 26)

  • Su proceder fue muy abominable, ya que seguía a los repugnantes ídolos, igual que los amorreos, a quienes Yavé quitó el país para dárselo a Israel. (1 Reyes 21, 26)

  • Sirvieron a sus repugnantes ídolos a pesar de que Yavé les había dicho: «Ustedes no deben hacer tal cosa.» (2 Reyes 17, 12)

  • Abandonaron todos los mandamientos de Yavé y se hicieron dos becerros de bronce. Se hicieron troncos sagrados y se arrodillaron ante todos los astros del cielo, y rindieron culto a Baal. (2 Reyes 17, 16)

  • Así, pues, aquellos hombres, al mismo tiempo que honraban a Yavé, servían también a sus ídolos; y, después de ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos continúan haciendo lo que hacían sus padres. (2 Reyes 17, 41)

  • Siguió en todo los pasos de su padre, sirvió a los ídolos a los que había servido su padre y se postró ante ellos. (2 Reyes 21, 21)

  • Estaba también el santuario de Betel, con el altar que Jeroboam, rey de Israel, había hecho. En este lugar el pueblo de Israel había mantenido un culto prohibido por Yavé. El rey lo derribó. Incendió el santuario y quemó el tronco sagrado. (2 Reyes 23, 15)

  • Josías se conformó en todo a las palabras de la Ley escritas en el libro que el sacerdote Helquías había encontrado en la Casa de Yavé. Fue así como eliminó a los espiritistas y a los adivinos, los idolitos familiares y los ídolos, y todas esas cosas asquerosas que se veían en el país de Judá y en Jerusalén. (2 Reyes 23, 24)

  • y sus hermanos, jefes de sus casas paternas: mil setecientos sesenta hombres aptos para los ejercicios del culto de la Casa de Dios. (1 Crónicas 9, 13)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina