Encontrados 209 resultados para: cortina de entrada

  • Ellos estaban tranquilos, porque se habían hecho una entrada secreta debajo de la mesa y por ahí penetraban siempre y venían a comerse las ofrendas. (Daniel 14, 12)

  • Pues bien, yo voy a lanzar contra ustedes, israelitas, una nación que los oprimirá desde la entrada de Jamat hasta el torrente de la Arabá. Palabra de Yavé, Dios Sabaot.» (Amós 6, 14)

  • En ese mismo instante la cortina del Santuario se rasgó de arriba abajo, en dos partes. (Evangelio según San Mateo 27, 51)

  • y lo colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del sepulcro y se fue. (Evangelio según San Mateo 27, 60)

  • Ellos, pues, fueron al sepulcro y lo aseguraron. Sellaron la piedra que cerraba la entrada y pusieron guardia. (Evangelio según San Mateo 27, 66)

  • De repente se produjo un violento temblor:el Angel del Señor bajó del cielo, se dirigió al sepulcro, hizo rodar la piedra de la entrada y se sentó sobre ella. (Evangelio según San Mateo 28, 2)

  • En seguida la cortina que cerraba el santuario del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. (Evangelio según San Marcos 15, 38)

  • José lo bajó de la cruz y lo envolvió en una sábana que había comprado, lo colocó en un sepulcro excavado en la roca e hizo rodar una piedra grande contra la entrada de la tumba. (Evangelio según San Marcos 15, 46)

  • «¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?» (Evangelio según San Marcos 16, 3)

  • El ángel contestó: «Yo soy Gabriel, el que tiene entrada al consejo de Dios, y he sido enviado para hablar contigo y comunicarte esta buena noticia. (Evangelio según San Lucas 1, 19)

  • En ese momento la cortina del Templo se rasgó por la mitad, (Evangelio según San Lucas 23, 45)

  • El primer día después del sábado, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio que la piedra que cerraba la entrada del sepulcro había sido removida. (Evangelio según San Juan 20, 1)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina