Encontrados 31 resultados para: consejeros

  • Después de reflexionar, llamé la atención a los notables y a los consejeros, diciéndoles: «¿Por qué ustedes no tienen lástima de sus hermanos?» Debido a eso reuní una gran asamblea (Nehemías 5, 7)

  • En mi mesa se sentaban ciento cincuenta personas entre jefes y consejeros, sin contar los que venían de las naciones vecinas. (Nehemías 5, 17)

  • Dios me inspiró la idea de reunir a los jefes, a los consejeros y al pueblo, para hacer un censo. (Nehemías 7, 5)

  • Luego los dos coros se detuvieron en la Casa de Dios. Tenía yo a mi lado a la mitad de los consejeros (Nehemías 12, 40)

  • Me enojé con los consejeros y les dije: «¿Por qué ha sido abandonada la Casa de Dios?» Luego reuní a los levitas y cantores y los puse a trabajar en sus respectivos puestos. (Nehemías 13, 11)

  • Al rey y a sus consejeros les pareció bueno lo dicho por Memukán y se decidieron a seguir su consejo. (Ester 1, 21)

  • Con este fin les he pedido la opinión a mis consejeros, y uno de ellos, Amán, conocido por su elevado criterio, por su total dedicación y por su fidelidad a toda prueba, que es la segunda persona importante del imperio, nos ha hecho la siguiente denuncia: (Ester 13, 3)

  • Deja callados a los consejeros probados y priva del recto juicio a los ancianos. (Job 12, 20)

  • Tus testimonios son también mis delicias, tus preceptos son mis consejeros. (Salmos 119, 24)

  • Cuando no hay dirección, el pueblo va a la deriva, la salvación depende del número de los consejeros. (Proverbios 11, 14)

  • Haré a tus gobernantes como eran antes, y a tus consejeros como en otros tiempos. Entonces te llamarán Ciudad Fiel, Lugar de la Justicia. (Isaías 1, 26)

  • Por eso, yo seguiré desconcertando a este pueblo, y serán sorpresas y más sorpresas; la sabiduría de sus sabios fracasará, y se perderá la inteligencia de sus entendidos.» CONTRA LOS MALOS CONSEJEROS (Isaías 29, 14)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina