Encontrados 2192 resultados para: confianza en el Señor

  • Me acerqué, pues, a él y le quité la vida, puesto que yo sabía que no podría sobrevivir a su caída. Después le saqué la corona que llevaba en su cabeza y la pulsera que tenía en la muñeca, y te los traje a ti, mi señor.» (2 Samuel 1, 10)

  • Entonces David les envió mensajeros para decirles: «Que Yavé los bendiga por haber hecho esta misericordia con Saúl, nuestro señor, dándole sepultura. (2 Samuel 2, 5)

  • Luego Abner dijo a David: «Ahora quiero irme, pues voy a poner a todo Israel de tu parte, oh señor, mi rey. Ellos harán una alianza contigo y tú reinarás según lo deseas.» David despidió a Abner, que se fue en paz. (2 Samuel 3, 21)

  • Entonces vino el rey David y se instaló en presencia de Yavé y le dijo: «¿Quién soy yo, Señor Yavé, y qué es mi fami lia para que me hayas elevado tanto? (2 Samuel 7, 18)

  • Pero esto te parecía todavía demasiado poco, Señor Yavé, y tú extiendes también tus promesas a mis descendientes para un futuro lejano. ¿Es así como actúan los hombres, Señor Yavé? (2 Samuel 7, 19)

  • ¿Qué más podría decirte David? Tú sabes bien quién es tu servidor, oh Señor Yavé, (2 Samuel 7, 20)

  • y por el mucho amor que le tienes has hecho estas cosas asombrosas que ahora le das a conocer. ¡Qué grande eres, Señor Yavé! (2 Samuel 7, 21)

  • Ahora, Señor Yavé, guarda siempre la promesa que has hecho a tu siervo y a su familia y actúa como tú lo has dicho. (2 Samuel 7, 25)

  • Sí, Señor Yavé, tú eres Dios y eres sincero al hacer esta hermosa promesa a tu servidor. (2 Samuel 7, 28)

  • Ahora dígnate bendecir la familia de tu sier vo; que tu bendición acompañe siempre a mi fa milia, como tú, Señor Yavé, lo has dicho.» (2 Samuel 7, 29)

  • Después el rey llamó a Sibá, servidor de Saúl, y le dijo: «Todo lo que pertenecía a Saúl y a su familia se lo doy al hijo de tu señor. (2 Samuel 9, 9)

  • y respondió al rey: «Tu siervo hará todo lo que mi señor el rey le ordene; pero Mipibaal comía a mi mesa como uno de los hijos del rey.» (2 Samuel 9, 11)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina