Encontrados 107 resultados para: comida judía

  • ¿Qué iban a ver? ¿Un hombre con ropas finas? Pero los que visten ropas finas y tienen comida regia están en palacios. (Evangelio según San Lucas 7, 25)

  • El día comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: «Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aquí estamos lejos de todo.» (Evangelio según San Lucas 9, 12)

  • Jesús dijo también al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o una comida, no invites a tus amigos, hermanos, parientes o vecinos ricos, porque ellos a su vez te invitarán a ti y así quedarás compensado. (Evangelio según San Lucas 14, 12)

  • A la hora de la comida envió a un sirviente a decir a los invitados: «Vengan, que ya está todo listo.» (Evangelio según San Lucas 14, 17)

  • Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba algo. (Evangelio según San Lucas 15, 16)

  • ¿No le dirán más bien: Prepárame la comida y ponte el delantal para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú? (Evangelio según San Lucas 17, 8)

  • Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. (Evangelio según San Juan 6, 55)

  • En realidad, de entre los mismos jefes, varios creyeron en él; pero no lo dijeron abiertamente por miedo a que los fariseos los echaran de la comunidad judía. (Evangelio según San Juan 12, 42)

  • Llevaron a Jesús de la casa de Caifás al tribunal del gobernador romano. Los judíos no entraron para no quedar impuros, pues ese era un lugar pagano, y querían participar en la comida de la Pascua. (Evangelio según San Juan 18, 28)

  • Sintió hambre y quiso comer, y mientras le preparaban la comida tuvo un éxtasis. (Hecho de los Apóstoles 10, 10)

  • «¡Has entrado en la casa de gente no judía y has comido con ellos!» (Hecho de los Apóstoles 11, 3)

  • Pablo se dirigió a Derbe, y después a Listra. Había allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía que había abrazado la fe, y de padre griego; (Hecho de los Apóstoles 16, 1)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina