Encontrados 411 resultados para: columnas del templo

  • Jesús dijo estas cosas en el lugar donde se reciben las ofrendas, cuando estaba enseñando en el Templo, pero nadie lo tomó preso, porque aún no había llegado su hora. (Evangelio según San Juan 8, 20)

  • Entonces tomaron piedras para lanzárselas, pero Jesús se ocultó y salió del Templo. (Evangelio según San Juan 8, 59)

  • Era invierno y en Jerusalén se celebraba la fiesta de la Dedicación del Templo. (Evangelio según San Juan 10, 22)

  • Jesús se paseaba en el Templo, por el pórtico de Salomón, (Evangelio según San Juan 10, 23)

  • Buscaban a Jesús y se decían unos a otros en el Templo: «¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta?» (Evangelio según San Juan 11, 56)

  • «Yo he hablado abiertamente al mundo. He enseñado constantemente en los lugares donde los judíos se reúnen, tanto en las sinagogas como en el Templo, y no he enseñado nada en secreto. (Evangelio según San Juan 18, 20)

  • Al verlo, los jefes de los sacerdotes y los guardias del Templo comenzaron a gritar: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!» Pilato contestó: «Tómenlo ustedes y crucifíquenlo, pues yo no encuentro motivo para condenarlo.» (Evangelio según San Juan 19, 6)

  • Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón. (Hecho de los Apóstoles 2, 46)

  • Un día, cuando Pedro y Juan subían al Templo para la oración de las tres de la tarde, (Hecho de los Apóstoles 3, 1)

  • acababan de dejar allí a un tullido de nacimiento. Todos los días lo colocaban junto a la Puerta Hermosa, que es una de las puertas del Templo, para que pidiera limosna a los que entraban en el recinto. (Hecho de los Apóstoles 3, 2)

  • Cuando Pedro y Juan estaban para entrar en el Templo, el hombre les pidió una limosna. (Hecho de los Apóstoles 3, 3)

  • Inmediatamente tomaron fuerza sus tobillos y sus pies, y de un salto se puso en pie y empezó a caminar. Luego entró caminando con ellos en el recinto del Templo, saltando y alabando a Dios. (Hecho de los Apóstoles 3, 8)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina