Encontrados 22 resultados para: celoso
No te postres ante esos dioses, ni les sirvas, porque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso. yo pido cuentas a hijos, nietos y biznietos por la maldad de sus padres que no me quisieron. (Exodo 20, 5)
No te arrodillarás ante otro dios, pues Yavé lleva por nombre Celoso: él es un Dios celoso. No sea que te comprometerás con la gente de aquellos países, que se prostituyen tras sus dioses y les ofrecen sacrificios. (Exodo 34, 14)
o para cuando a un hombre le entren celos y se ponga celoso de su esposa. Entonces llevará a su esposa en presencia de Yavé y el sacerdote cumplirá todos estos ritos. (Números 5, 30)
Pero Moisés le respondió: "¿Así que te pones celoso por mí?¡Ojalá que todo el pueblo de Yavé fuera profeta, que Yavé les diera a todos su espíritu!" (Números 11, 29)
Sepas que Yavé, tu Dios, es un fuego devorador, un Dios celoso. (Deuteronomio 4, 24)
Ante ellas no te hincarás ni les rendirás culto; porque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian. (Deuteronomio 5, 9)
porque Yavé, tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso. No sea que estalle el furor de Yavé tu Dios, y te haga desaparecer de la superficie de la tierra. (Deuteronomio 6, 15)
Me pusieron celoso con lo que no es Dios, me molestaron con cosas que no sirven. Por eso yo los pondré celosos de una gente que no es pueblo. y los molestará una nación que no sirve. (Deuteronomio 32, 21)
Josué contestó al pueblo: «¿Serán ustedes capaces de servir a Yavé? Pues él es un Dios Santo, un Dios Celoso, que no soportará maldades ni faltas. (Josué 24, 19)
El respondió: «Ardo de amor celoso por Yavé, Dios de los Ejércitos, porque los israelitas te han abandonado, han derribado tus altares y han muerto a espada a tus profetas. Sólo quedo yo, y me buscan para quitarme la vida.» (1 Reyes 19, 10)
El respondió: «Ardo de amor celoso por Yavé, Dios de los Ejércitos, porque los israelitas te han abandonado, derribando tus altares y dando muerte a tus profetas. Sólo quedo yo, y quieren matarme.» (1 Reyes 19, 14)
Lo irritaron con sus sitios de culto y con sus ídolos lo pusieron celoso. (Salmos 78, 58)