Encontrados 201 resultados para: caso

  • Los ancianos de su corte iban a rogarle que se levan tara de ahí, pero él no les hacía caso y se negaba a comer con ellos. (2 Samuel 12, 17)

  • Cuando el niño murió, al séptimo día, todos temieron darle la noticia, pues decían: «Cuando aún vivía el niño no hacía caso de nuestros consejos; ¿qué disparate no hará si le decimos que murió el niño?» (2 Samuel 12, 18)

  • Ajimas, en Neftalí; también él se casó con una hija de Salomón, llamada Basemat. (1 Reyes 4, 15)

  • Pero Roboam no hizo caso de este consejo y se fue a consultar también a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. (1 Reyes 12, 8)

  • La gente de Israel comprendió que el rey no quería hacerles caso, y le respondieron en los mismos términos: «¿Qué tenemos que ver con David y con sus hijos? No es de nuestra familia, ¡arréglate con los tuyos, hijo de David! Los de Israel, vámonos.» Así, pues, los israelitas volvieron a sus tiendas. (1 Reyes 12, 16)

  • No suban a pelear contra sus hermanos de Israel. Que cada uno regrese a su casa, porque yo soy el que ha dispuesto lo sucedido.» Ellos hicieron caso de las palabras de Yavé y se volvieron, según lo que Yavé les había dicho. (1 Reyes 12, 24)

  • Y todos los oficiales, así como toda la gente, dieron este consejo al rey: «No le hagas caso ni se lo concedas.» (1 Reyes 20, 8)

  • El rey de Asur le hizo caso y fue a atacar Damasco, se apoderó de esta ciudad y desterró a sus habitantes a Quir, después de ejecutar a Rasín. (2 Reyes 16, 9)

  • Pero ellos no hicieron caso a las palabras de Yavé, como habían acostumbrado hacer. (2 Reyes 17, 40)

  • Este lo casó con dos mujeres y le nacieron hijos e hijas. (2 Crónicas 24, 3)

  • Habló Yavé a Manasés y a su pueblo, pero no le hicieron caso. (2 Crónicas 33, 10)

  • Nuestros reyes y jefes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no guardaron tu Ley, no hicieron caso de tus mandamientos ni de las normas que tú les diste. (Nehemías 9, 34)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina