Encontrados 23 resultados para: cariño

  • Noé, sin embargo, se había ganado el cariño de Yavé. (Génesis 6, 8)

  • Este le tomó mucho cariño y lo hizo su escudero. Con esto, Saúl mandó decir a Jesé: «Te ruego que tu hijo David se quede a mi servicio, porque me cae bien.» (1 Samuel 16, 22)

  • De esta manera actuaba Absalón con todos los israelitas que llegaban al tribunal del rey y así se iba ganando su cariño. (2 Samuel 15, 6)

  • Apenas la divisó el rey se enamoró de ella, pues le gustó más que todas las otras jóvenes, y como muestra de su cariño puso sobre su cabeza la corona real, coronándola por reina en vez de Vasti. (Ester 2, 17)

  • ¡Así que no te bastan los consuelos de Dios y las palabras que se te dicen con cariño! (Job 15, 11)

  • Si están ustedes bien, junto con sus hijos y se les cumplen sus deseos, damos gracias al Cielo recordando sus muestras de cariño y benevolencia. (2 Macabeos 9, 20)

  • Entonces el que cada vez se había consagrado por entero al bien de sus conciudadanos y nunca había vacilado en el cariño que les tenía, Judas, mandó que cortaran la cabeza de Nicanor y su brazo hasta el hombro y los llevaran a Jerusalén. (2 Macabeos 15, 30)

  • Es mejor un plato de legumbres con cariño que un buey gordo con discordia. (Proverbios 15, 17)

  • Así dice Yavé: «Aún me acuerdo de la pasión de tu juventud, de tu cariño como de novia, cuando me seguías por el desierto, por la tierra sin cultivar.» (Jeremías 2, 2)

  • De lejos Yavé se le apareció: «Con amor eterno te he amado, por eso prolongaré mi cariño hacia ti. (Jeremías 31, 3)

  • «¿Qué he de hacer contigo, Efraím? ¿Cómo he de tratarte, Judá? El cariño que me tienen es como una nube matinal, como el rocío que sólo dura algunas horas. (Oseas 6, 4)

  • En Guilgal salió a relucir toda su maldad. Allí fue donde les tomé odio. Los echaré de mi casa por todos sus crímenes; no les tendré más cariño, pues todos sus jefes son unos rebeldes. (Oseas 9, 15)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina