Encontrados 68 resultados para: cargo

  • Y dijo al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.» El hombre se levantó, y ante los ojos de toda la gente, cargó con su camilla y se fue. (Evangelio según San Marcos 2, 11)

  • llegará su patrón el día en que menos lo espera y a la hora menos pensada, le quitará su cargo y lo mandará donde aquellos de los que no se puede fiar. (Evangelio según San Lucas 12, 46)

  • Lo mandó llamar y le dijo: «¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no continuarás en ese cargo.» (Evangelio según San Lucas 16, 2)

  • Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me quiten el cargo, tenga gente que me reciba en su casa.» (Evangelio según San Lucas 16, 4)

  • Esto estaba escrito en el libro de los Salmos: Que su morada quede desierta y que nadie habite en ella. Pero también está escrito: Que otro ocupe su cargo. (Hecho de los Apóstoles 1, 20)

  • para ocupar este cargo, y recibir este ministerio y apostolado del que Judas se retiró para ir al lugar que le correspondía.» (Hecho de los Apóstoles 1, 25)

  • Los Doce reunieron la asamblea de los discípulos y les dijeron: «No es correcto que nosotros descuidemos la Palabra de Dios por hacernos cargo de las mesas. (Hecho de los Apóstoles 6, 2)

  • y descubrí que lo acusaban por cuestiones de su Ley, pero que no había ningún cargo que mereciera la muerte o la prisión. (Hecho de los Apóstoles 23, 29)

  • Si lo hiciera por decisión propia, podría esperar recompensa, pero si fue a pesar mío, no queda más que el cargo. (1º Carta a los Corintios 9, 17)

  • Piensen que es algo grande tener estabilidad, hacerse cargo de las propias necesidades y trabajar con las propias manos, como se lo hemos mandado. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 11)

  • Si alguien aspira al cargo de obispo, no hay duda de que ambiciona algo muy eminente. (1º Carta a Timoteo 3, 1)

  • No se debe escoger a un recién convertido, no sea que el cargo se le suba a la cabeza y el diablo lo haga caer. (1º Carta a Timoteo 3, 6)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina