Encontrados 14 resultados para: capital

  • En seguida, Josué dio vuelta y conquistó a Jasor, matando a su rey. En aquel tiempo Jasor era la capital de todos esos reinos. (Josué 11, 10)

  • Avanzó Saúl hasta la capital de Amalec y se escondió en el barranco. (1 Samuel 15, 5)

  • Primero fue rey de Judá durante siete años y medio, y tenía por capital Hebrón. Después, teniendo por capital Jerusalén, reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá. En total fueron cuarenta años. (2 Samuel 5, 5)

  • Ajab, hijo de Omrí, comenzó a reinar sobre Israel el año treinta y ocho de Asá, rey de Judá, y reinó veintidós años en su capital, Samaria. (1 Reyes 16, 29)

  • Levantó un altar para Baal en el templo de Baal que construyó en su capital, Samaria. (1 Reyes 16, 32)

  • En el año veintitrés de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, Joacaz, hijo de Jehú, comenzó a reinar sobre Israel en su capital Samaria; reinó diecisiete años. (2 Reyes 13, 1)

  • En el año treinta y siete de Joás, rey de Judá, Joás, hijo de Joacaz, comenzó a reinar sobre Israel, en su capital Samaria; reinó dieciocho años. (2 Reyes 13, 10)

  • Zacarías, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar sobre Israel, en su capital de Samaria, el año treinta y ocho de Azarías, rey de Judá. Durante los seis meses que se mantuvo en el poder, (2 Reyes 15, 8)

  • En el año cincuenta y dos de Azarías, rey de Judá, Pecaj, hijo de Romelías, comenzó a reinar sobre Israel, en su capital Samaria. Reinó veinte años (2 Reyes 15, 27)

  • El rey, tomando la otra mitad del ejército, partió de Antioquía, capital del reino, el año ciento cuarenta y siete. Atravesó el río Eufrates y continuó su marcha a través de las provincias superiores. (1 Macabeos 3, 37)

  • Rasín es sólo jefe de Damasco, y Damasco es solamente la capital de Aram. (Isaías 7, 8)

  • Samaria es la capital de Efraím, y el hijo de Romelía es sólo jefe de Samaria.(Pues bien, dentro de cinco o seis años Efraím será destruido, dejará de ser un pueblo.) Pero si ustedes no creen, no permanecerán. (Isaías 7, 9)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina