Encontrados 216 resultados para: bueno
Planten ustedes un árbol bueno, y su fruto será bueno; planten un árbol dañado, y su fruto será malo. Porque el árbol se conoce por sus frutos. (Evangelio según San Mateo 12, 33)
Raza de víboras, si ustedes son tan malos, ¿cómo pueden decir algo bueno? La boca siempre habla de lo que está lleno el corazón. (Evangelio según San Mateo 12, 34)
El hombre bueno saca cosas buenas del bien que guarda dentro, y el que es malo, de su mal acumulado saca cosas malas. (Evangelio según San Mateo 12, 35)
Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí! Si quieres, levantaré aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» (Evangelio según San Mateo 17, 4)
Un hombre joven se le acercó y le dijo: «Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna?» (Evangelio según San Mateo 19, 16)
Jesús contestó: «¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos.» (Evangelio según San Mateo 19, 17)
El patrón le contestó: «Muy bien, servidor bueno y honrado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar mucho más. Ven a compartir la alegría de tu patrón.» (Evangelio según San Mateo 25, 21)
El patrón le dijo: «Muy bien, servidor bueno y honrado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré mucho más. Ven a compartir la alegría de tu patrón». (Evangelio según San Mateo 25, 23)
Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» (Evangelio según San Marcos 9, 5)
Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?» (Evangelio según San Marcos 10, 17)
Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. (Evangelio según San Marcos 10, 18)
Después de haber investigado cuidadosamente todo desde el principio, también a mí me ha parecido bueno escribir un relato ordenado para ti, ilustre Teófilo. (Evangelio según San Lucas 1, 3)
