Encontrados 86 resultados para: baal-berit

  • Al saberlo, los habitantes de la torre de Siquem se metieron en el subterráneo del templo de El-Berit. (Jueces 9, 46)

  • Entonces todos los hombres de Israel se levantaron de su campamento y tomaron posiciones en Baal-Tamar, mientras que los de ellos que se habían emboscado salieron desde sus puestos al oeste de Guibea. Así llegaron frente a Guibea (Jueces 20, 33)

  • Llegó David a Baal-Perasim y allí los derrotó. Y David dijo: «Yavé arrasó como una ola a mis enemigos.» Por eso se llamó a este lugar Baal-Perasim. (2 Samuel 5, 20)

  • Tú, con tus hijos y tus esclavos, cultivarás las tierras para él, y lo que coseches asegurará el susten to de la familia de tu amo. En cuanto a Mipi baal, el hijo de tu amo, comerá todos los días a mi mesa.» Sibá tenía quince hijos y veinte es clavos, (2 Samuel 9, 10)

  • Dos años más tarde, tenía Absalón la esquila de sus ovejas en Baal-Jasor, y quiso convidar a todos los hijos del rey. (2 Samuel 13, 23)

  • Le pareció poco imitar los pecados de Jeroboam, pues tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbal, rey de los sidonios, por lo que se puso a servir a su dios Baal, y se postraba ante él. (1 Reyes 16, 31)

  • Levantó un altar para Baal en el templo de Baal que construyó en su capital, Samaria. (1 Reyes 16, 32)

  • Contestó Elías: «No soy yo la peste de Israel, sino tú y tu familia, que han abandonado los mandamientos de Yavé para servir a Baal. (1 Reyes 18, 18)

  • Ahora bien, manda que se reúnan conmigo en el monte Carmelo todos los israelitas y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal a quienes mantiene Jezabel.» (1 Reyes 18, 19)

  • Ajab avisó a todo el pueblo de Israel y reunió a todos los profetas de Baal en el monte Carmelo. (1 Reyes 18, 20)

  • Entonces Elías se dirigió a todo el pueblo: «¿Hasta cuándo van a danzar de un pie en el otro? Si Yavé es Dios, síganlo; si lo es Baal, síganlo a él.» El pueblo quedó callado. (1 Reyes 18, 21)

  • Entonces Elías les dijo: «Yo solo he quedado de los profetas de Yavé. En cambio los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. (1 Reyes 18, 22)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina