Encontrados 25 resultados para: asirios

  • De nuevo, el rey de los asirios mandó mensajeros a Ezequías diciéndoles: «Así dirán a Ezequías, rey de Judá: Que no se burle de ti tu Dios en quien confías, cuando te hace creer que no caerá Jerusalén en manos del rey de Asur. (2 Reyes 19, 10)

  • Senaquerib, rey de los asirios, levantó el campamento y se marchó, volviéndose a Nínive, donde permaneció. (2 Reyes 19, 36)

  • Yo te voy a dar quince años más de vida; además te libraré del poder del rey de los asirios, a ti y a esta ciudad, a la que amparo para defender mi honor y por fidelidad a mi siervo David.» Isaías dijo: «Tomen una masa de higos.» (2 Reyes 20, 6)

  • Se juntó mucha gente y cortaron todas las fuentes de agua y los esteros que corrían por el medio del territorio, diciendo: «Si vienen los asirios, que tengan el agua medida.» (2 Crónicas 32, 4)

  • Los asirios llegaron a la base del cerro, ataron a Ajior, dejándolo tendido al pie del cerro, y volvieron donde su señor. (Judit 6, 13)

  • Ajior les dio a conocer lo de la asamblea de Holofernes, lo que dijo delante de todos los jefes de los asirios, y las amenazas de Holofernes contra Israel. (Judit 6, 17)

  • El ejército de los moabitas salió reforzado por cinco mil asirios, llegaron al valle y se apoderaron de los depósitos de agua y de las fuentes de los israelitas. (Judit 7, 17)

  • «Que Dios sea juez entre ti y nosotros, porque tú eres el causante de estas desgracias, al no querer tratar de paz con los asirios. (Judit 7, 24)

  • No hay quien nos pueda socorrer ahora. Dios nos ha abandonado en manos de los asirios para morir de sed y de miseria. (Judit 7, 25)

  • Mira la muchedumbre de los asirios; están orgullosos de sus caballos y jinetes, alaban la fortaleza de sus infantes, confían en sus escudos y en sus lanzas, en sus arcos y en sus hondas, pero no reconocen que tú eres el Señor, el que decide las guerras. (Judit 9, 7)

  • Ambas caminaban rápidamente por el valle, cuando les salieron al encuentro centinelas asirios, (Judit 10, 11)

  • Al amanecer, los más valientes con un jefe a la cabeza, tomen sus armas y salgan de la ciudad como si intentaran bajar a la llanura contra los asirios, (Judit 14, 2)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina