Encontrados 91 resultados para: armas

  • Al otro día bajaron los filisteos para despojar a los muertos. Encontraron a Saúl muerto junto a sus tres hijos en el monte Gelboé. Le cortaron la cabeza y lo despojaron de sus armas. (1 Samuel 31, 8)

  • Colocaron las armas de Saúl en el templo de Astarté y colgaron su cuerpo en el muro de Betsán. (1 Samuel 31, 10)

  • ¿Cómo cayeron los héroes? ¿Cómo perecieron las armas de combate? (2 Samuel 1, 27)

  • Año tras año cada uno le traía regalos: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. (1 Reyes 10, 25)

  • «Apenas esta carta llegue a ustedes, que tienen a los hijos del rey, los carros de guerra y los caballos, una ciudad fortificada y armas, (2 Reyes 10, 2)

  • Ustedes estarán a su lado, cada uno con sus armas en la mano, y a todo aquel que quiera atravesar sus líneas lo matarán. Ustedes cuidarán del rey dondequiera que vaya.» (2 Reyes 11, 8)

  • Amasías derrotó a diez mil edomitas en el valle de la Sal y conquistó la Peña por las armas, llamándola Joctel, nombre que ha conservado hasta el día de hoy. (2 Reyes 14, 7)

  • Se alegró Ezequías por su venida y enseñó a los enviados su cámara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite oloroso, sus armas y todo cuanto había en el tesoro. No hubo cosa en su palacio, ni de todo lo que poseía, que Ezequías no mostrara. (2 Reyes 20, 13)

  • Despojándolo, se llevaron su cabeza y sus armas, y mandaron anunciar la buena nueva por todo el país de los filisteos, en medio de sus ídolos y de toda su gente. (1 Crónicas 10, 9)

  • Depositaron las armas de Saúl en el templo de sus dioses y clavaron su cráneo en el templo de Dagón. (1 Crónicas 10, 10)

  • De Zabulón, cincuenta mil, aptos para salir a campaña, ejercitados en todas las armas de guerra, que se ordenaban con resolución. (1 Crónicas 12, 34)

  • Joab entregó a David la cifra del censo del pueblo: había en todo Israel un millón cien mil hombres capaces de manejar las armas, y en Judá, cuatrocientos setenta mil. (1 Crónicas 21, 5)


“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina