Encontrados 109 resultados para: armas espirituales

  • pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y distribuirá todo lo que tenía. (Evangelio según San Lucas 11, 22)

  • Judas hizo de guía a los soldados romanos y a los guardias enviados por los jefes de los sacerdotes y los fariseos, que llegaron allí con linternas, antorchas y armas. (Evangelio según San Juan 18, 3)

  • No le entreguen sus miembros, que vendrían a ser como malas armas al servicio del pecado. Por el contrario, ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida, y que sus miembros sean como armas santas al servicio de Dios. (Carta a los Romanos 6, 13)

  • Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas espirituales, (Carta a los Romanos 8, 38)

  • Han recibido de Dios la misión de llevarte al bien, y si te portas mal, témelas, pues no tienen las armas sin razón. También tienen misión de Dios para castigar a los malhechores. (Carta a los Romanos 13, 4)

  • Quisieron hacerlo, y de hecho estaban en deuda con ellos, pues si han participado de los bienes espirituales de los judíos, es justo que los sirvan en lo material. (Carta a los Romanos 15, 27)

  • Hablamos, pues, de esto, no con los términos de la sabiduría humana, sino con los que nos enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales para quienes son espirituales. (1º Carta a los Corintios 2, 13)

  • Yo, hermanos, no pude hablarles como a personas espirituales, sino como a personas «carnales», como a niños en Cristo. (1º Carta a los Corintios 3, 1)

  • Si nosotros hemos sembrado en ustedes riquezas espirituales, ¿será mucho que cosechemos entre ustedes algunas cosas de este mundo? (1º Carta a los Corintios 9, 11)

  • Ahora, hermanos, les recordaré lo siguiente respecto a los dones espirituales. (1º Carta a los Corintios 12, 1)

  • Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. (1º Carta a los Corintios 12, 4)

  • Busquen el amor y aspiren a los dones espirituales, especialmente al don de profecía. (1º Carta a los Corintios 14, 1)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina