Encontrados 79 resultados para: amonitas

  • Esto sucederá porque ha adorado a Astarté, diosa de los sidonios, a Camos, dios de Moab, y a Milcom, dios de los amonitas. No ha seguido mis caminos ni ha hecho lo que me parece justo ni ha observado mis leyes y mis mandamientos como su padre David. (1 Reyes 11, 33)

  • El rey destruyó los santuarios que estaban en las lomas frente a Jerusalén, al sur del monte de los Olivos. Salomón, rey de Israel, los había construido para Astarté, ídolo de los sidonios, para Camos, ídolo de Moab, y para Milcom, ídolo de los amonitas. (2 Reyes 23, 13)

  • Yavé envió contra Joaquim bandas de guerreros caldeos, de arameos, de moabitas y de amonitas; los envió contra el país de Judá para arruinarlo según la palabra que había dicho por boca de sus siervos los profetas. (2 Reyes 24, 2)

  • Después de esto, murió Najás, rey de los amonitas, y en su lugar reinó su hijo. (1 Crónicas 19, 1)

  • Cuando los hijos de Ammón vieron que se habían hecho odiosos a David, Janún y los amonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros de guerra y hombres para manejarlos, de Aram de Mesopotamia, Aram de Maacá y de Sobá. (1 Crónicas 19, 6)

  • Los amonitas salieron a campaña y se ordenaron en batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los reyes que habían venido estaban aparte en el campo. (1 Crónicas 19, 9)

  • Puso el resto del ejécito al mando de su hermano Abisay y lo ordenó en batalla frente a los amonitas. (1 Crónicas 19, 11)

  • Viendo los amonitas que los arameos emprendían la fuga, huyeron también ellos ante Abisay, hermano de Joab, y volvieron a la ciudad, mientras que Joab regresó a Jerusalén. (1 Crónicas 19, 15)

  • Cuando los hombres de Hadadezer vieron que Israel los derrotó, hicieron la paz con David y le quedaron sometidos. En adelante los arameos ya no se atrevieron a seguir ayudando a los amonitas. (1 Crónicas 19, 19)

  • Sacó de la ciudad a todos sus habitantes y los hizo despedazar con sierras, con trillos de dientes de acero y con hoces. Así hizo con todas las ciudades de los amonitas. Luego David regresó con todo su ejército a Jerusalén. (1 Crónicas 20, 3)

  • Pues los amonitas y los moabitas se echaron sobre los habitantes de los cerros de Seír para destruirlos y acabar con ellos; y cuando acabaron con ellos, se mataron unos a otros. (2 Crónicas 20, 23)

  • Declaró la guerra al rey de los amonitas, a los que venció. Los hijos de Amón le dieron aquel año cien talentos de plata, diez mil cargas de trigo y diez mil de cebada. Los amonitas le trajeron lo mismo el año segundo y el tercero. (2 Crónicas 27, 5)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina