Encontrados 12 resultados para: alaban

  • Si Israel, tu pueblo, es vencido por el enemigo por haber pecado contra ti, pero se vuelven ellos y alaban tu nombre, rezando y suplicando ante ti en esta Casa, (2 Crónicas 6, 24)

  • Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia porque pecaron contra ti, si rezan en este lugar y alaban tu nombre, y se convierten de su pecado porque los humillaste, (2 Crónicas 6, 26)

  • Mira la muchedumbre de los asirios; están orgullosos de sus caballos y jinetes, alaban la fortaleza de sus infantes, confían en sus escudos y en sus lanzas, en sus arcos y en sus hondas, pero no reconocen que tú eres el Señor, el que decide las guerras. (Judit 9, 7)

  • Escucha mi plegaria, mira con bondad a este pueblo y cambia nuestra pena en alegría para que así podamos, ¡oh Señor!, entonar alabanzas a tu Nombre. No dejes que se cierre para siempre la boca de los que ahora te alaban.» (Ester 13, 17)

  • tapar la boca de aquellos que te alaban, acabar con tu altar y la gloria de tu casa, y en cambio permitir que los paganos ensalcen a sus dioses, que son nada, y admiren para siempre a un rey mortal. (Ester 14, 10)

  • Su alma, que siempre en vida bendecía: "Te alaban, porque te has tratado bien", (Salmos 49, 19)

  • Bendigan, pueblos, a nuestro Dios, que se escuchen sus voces, que lo alaban, (Salmos 66, 8)

  • No son los muertos los que alaban al Señor, ni todos los que bajan al Silencio, (Salmos 115, 17)

  • pero una sola es mi paloma, mi toda perfecta. Ella es la hija única de su madre, la preferida de la que la engendró. Las jóvenes que la ven la felicitan, reinas y concubinas la alaban. Coro: (Cantar 6, 9)

  • El hombre sabio está colmado de bendiciones, todos los que lo ven lo alaban. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 24)

  • También alaban a Yavé las islas del mar; ¡Islas del mar, aviven el nombre de Yavé, Dios de Israel! (Isaías 24, 15)

  • Pues los muertos no te alaban, ¿podría acaso celebrarte la Muerte, o los que caen en el hoyo proclamar tu fidelidad? (Isaías 38, 18)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina