Encontrados 448 resultados para: agua viva

  • ni de algún reptil de los que se arrastran sobre la tierra, ni de algún pez de los que viven en el agua debajo de la tierra. (Deuteronomio 4, 18)

  • y que te ha conducido a través de este desierto grande y terrible, lleno de serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra árida donde no hay agua. Pero para ti la hizo brotar de una roca dura, (Deuteronomio 8, 15)

  • Luego me postré ante Yavé y, como la otra vez, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua, por el pecado que habían cometido; pues habían hecho lo que es malo a los ojos de Yavé hasta irritarlo. (Deuteronomio 9, 18)

  • sino que es tierra de montes y valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo. (Deuteronomio 11, 11)

  • Cuiden tan sólo de no comer la sangre sino que la derramarán en la tierra como se derrama el agua. (Deuteronomio 12, 16)

  • No la comerás, sino que la verterás como agua sobre la tierra; (Deuteronomio 12, 24)

  • De todos los animales que viven en el agua, comerán todo lo que tiene aletas y escamas. (Deuteronomio 14, 9)

  • Solamente te cuidarás de no comer la sangre, que derramarás en el suelo, como el agua. (Deuteronomio 15, 23)

  • Porque, cuando ustedes venían de Egipto, no les salieron al encuentro con pan y agua sino que trajeron a Balaam, hijo de Beor de la ciudad de Petar en Mesopotamia, para que los maldijera. (Deuteronomio 23, 5)

  • con sus hijos, hijas y esposas. También el forastero que vive en tu campo para cortar la leña o para acarrear agua. (Deuteronomio 29, 10)

  • Viva Rubén y no muera, a pesar de que sus hijos son tan escasos. (Deuteronomio 33, 6)

  • Cuando el pueblo salió de su campamento para atravesar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza iban delante. El Jordán corría con mucha agua, desbordando su cauce, por ser el tiempo de la cosecha de la cebada. (Josué 3, 14)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina