Encontrados 11 resultados para: acompañarán

  • Se levantó Abrahán de madrugada, ensilló su burro, llamó a dos muchachos para que lo acompañaran, y tomó consigo a su hijo Isaac. Partió leña para el sacrificio y se puso en marcha hacia el lugar que Dios le había indicado. (Génesis 22, 3)

  • Los acompañarán a ustedes en el servicio de la Tienda de las Citas, en todo lo que concierne al servicio de la Tienda, pero ningún profano se unirá a ustedes. (Números 18, 4)

  • Los levitas se pondrán alrededor del rey, cada uno con sus armas en la mano, y cualquiera que entre en la Casa morirá. Sólo ellos acompañarán al rey cuando entre y cuando salga.» (2 Crónicas 23, 7)

  • Fui donde los gobernadores del otro lado del río y les entregué las cartas del rey. El rey había ordenado que me acompañaran oficiales del ejército y gente a caballo. (Nehemías 2, 9)

  • «Has salvado tu vida con tu decisión de presentarte a nuestro señor. Anda a su tienda; algunos de los nuestros te acompañarán hasta que llegues a él. (Judit 10, 15)

  • Mi fidelidad y mi amor lo acompañarán, mi Nombre le asegurará la victoria. (Salmos 89, 25)

  • y por ahí regresarán los libertados por Yavé; llegarán a Sión dando gritos de alegría, y con una dicha eterna reflejada en sus rostros; la alegría y la felicidad los acompañarán y ya no tendrán más pena ni tristeza. (Isaías 35, 10)

  • Así volverán los que ha salvado Yavé. Entrarán a Sión entre gritos de alegría, una dicha imperecedora hará brillar sus rostros. ¡Alegría y felicidad los acompañarán, y lejos quedarán las penas y los suspiros! (Isaías 51, 11)

  • Pero no dejó que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. (Evangelio según San Marcos 5, 37)

  • Estas señales acompañarán a los que crean: en mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas; (Evangelio según San Marcos 16, 17)

  • Tengo, sin embargo, los nombres de unos pocos de Sardes que no mancharon sus ropas; ésos me acompañarán vestidos de blanco, porque se lo merecen. (Apocalipsis 3, 4)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina