Encontrados 44 resultados para: Vacas

  • Y las siete vacas flacas y feas se comieron a las siete vacas gordas. (Génesis 41, 20)

  • Las siete vacas hermosas, al igual que las siete espigas granadas, son siete años de abundancia. (Génesis 41, 26)

  • Las siete vacas feas y raquíticas que salieron detrás, al igual que las siete espigas vacías y quemadas por el viento del este, son siete años de hambre. (Génesis 41, 27)

  • Le diré también que ustedes son pastores de ovejas, que se dedican a la crianza de animales y que han traído rebaños, vacas, y todas sus pertenencias. (Génesis 46, 32)

  • Llegó, pues, José donde estaba el Faraón con la noticia de que su padre y sus hermanos habían llegado de Canaán con sus rebaños, vacas y demás pertenencias, y que se encontraban en la tierra de Gosén. (Génesis 47, 1)

  • Trajeron su ganado a José, y José les dio pan a cambio de sus caballos, ovejas, vacas y burros. De esta manera los abasteció de pan durante ese año a cambio de todos sus ganados. (Génesis 47, 17)

  • volveré mi mano contra los animales de tus campos, de manera que habrá una mortandad tremenda de los caballos, de los burros, de los camellos, de las vacas y ovejas. (Exodo 9, 3)

  • También salió con ellos un montón de gente, con grandes rebaños de ovejas y vacas. (Exodo 12, 38)

  • A mí me harás un altar de tierra y sobre él ofrecerás tus sacrificios de comunión, tus ovejas y vacas; vendré a ti y te bendeciré en todo lugar en que yo haya revelado mi Nombre. (Exodo 20, 24)

  • Lo mismo harás con los primeros nacidos de tus vacas y ovejas; siete días estarán con su madre, y al octavo me los ofrecerás. (Exodo 22, 29)

  • Todo primogénito es mío: todo primer nacido de tus ovejas y de tus vacas que sea macho. (Exodo 34, 19)

  • Te amará, te bendecirá y te multiplicará. Te concederá numerosos hijos y cosechas abundantes: trigo, vino y aceite; multiplicará las crías de tus vacas y de tus ovejas en la tierra que prometió a tus padres para ti. (Deuteronomio 7, 13)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina