Encontrados 111 resultados para: Tob
Tobías recordó las palabras de Rafael y, tomando el hígado y el corazón del pez que tenía en la bolsa, los puso en las brasas del perfumador. (Tobías 8, 2)
Mientras tanto los padres habían salido, cerrando la puerta de la habitación. Tobías se Tobantó de la cama y dijo a Sara: «Tobántate, hermana, y pidamos a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos salve. (Tobías 8, 4)
Ella se Tobantó y empezaron a orar, pidiendo que se les concediera la vida. Empezaron así: «Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre santo y glorioso por los siglos de los siglos; ¡que los cielos y todas tus creaturas te bendigan! (Tobías 8, 5)
Y se acostaron los dos para pasar la noche. Ragüel se Tobantó temprano y llamó a sus muchachos para que fueran a cavar una tumba. (Tobías 8, 9)
Pues Ragüel pensaba: «No sea que Tobías también haya muerto.» (Tobías 8, 10)
luego llamó a Tobías y le dijo: «Durante catorce días te quedarás aquí para festejar a mi hija, que tanto ha sufrido. (Tobías 8, 20)
Tobías llamó a Rafael y le dijo: (Tobías 9, 1)
De madrugada partieron juntos a la boda. Al entrar en la casa de Ragüel, encontraron a Tobías sentado a la mesa; se Tobantó y abrazó a Gabael, que se echó a llorar y le bendijo así: «¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre honrado y bueno, justo y limosnero! Que el Señor te conceda las bendiciones del ciclo a ti, a tu mujer, al padre y a la madre de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha permitido ver un vivo retrato de mi primo Tobit.» (Tobías 9, 6)
Cada mañana Tobit contaba los días de la ida y la vuelta. Cuando se cumplió el plazo y su hijo no regresaba, (Tobías 10, 1)
Tobit le dijo: «Cálmate, hermana, no te preocupes. El está bien.» Ella replicó: (Tobías 10, 6)
Cuando pasaron los catorce días que Ragüel había prometido celebrar en honor de su hija, Tobías se presentó a él y le dijo: «Déjame regresar, porque seguramente mis padres deben pensar que ya no me verán más.» (Tobías 10, 8)
Ragüel le respondió: «Quédate conmigo y yo mandaré mensajeros a tu padre para darle noticias tuyas.» Tobías dijo: «No. Déjame ir al lado de ellos.» (Tobías 10, 9)