Encontrados 1429 resultados para: Sol

  • Pues esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. (Carta a los Hebreos 11, 10)

  • Su voz conmovió entonces la tierra, pero ahora se nos da este aviso: Esta última vez haré temblar no sólo la tierra sino también el cielo. (Carta a los Hebreos 12, 26)

  • Las palabras esta última vez indican que serán cambiadas las cosas que pueden ser conmovidas, es decir, las creadas, y sólo permanecerán las que no se conmueven. (Carta a los Hebreos 12, 27)

  • Rueguen por nosotros, que sólo deseamos proceder en todo con rectitud y estamos seguros de que nuestras intenciones son limpias. (Carta a los Hebreos 13, 18)

  • Se levanta el sol y empieza el calor, seca la hierba y marchita la flor, y pierde toda su gracia. Así también el rico verá decaer sus negocios. (Carta de Santiago 1, 11)

  • Porque si alguien cumple toda la Ley, pero falla en un solo punto, es como si faltara en todo. (Carta de Santiago 2, 10)

  • Lo mismo ocurre con la fe: si no produce obras, muere solita. (Carta de Santiago 2, 17)

  • ¿Tú crees que hay un solo Dios? Pues muy bien, pero eso lo creen también los demonios y tiemblan». (Carta de Santiago 2, 19)

  • Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a través de las obras y no sólo por la fe. (Carta de Santiago 2, 24)

  • Uno solo es juez: Aquel que hizo la Ley y que pude salvar y condenar. Pero, ¿quién eres tú para juzgar al prójimo? (Carta de Santiago 4, 12)

  • Han conocido sólo lujo y placeres en este mundo, y lo pasaron muy bien, mientras otros eran asesinados. (Carta de Santiago 5, 5)

  • Si el oro debe ser probado pasando por el fuego, y es sólo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se manifieste Cristo Jesús. (1º Carta de Pedro 1, 7)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina