Encontrados 63 resultados para: Salvar

  • Cuando los hombres del Macabeo supieron que se ponía sitio a sus ciudades fuertes, suplicaron al Señor junto con todo el pueblo, en medio de gemidos y lágrimas, que enviara un ángel bueno para salvar a Israel. (2 Macabeos 11, 6)

  • Ningún hombre es dueño del soplo de vida, nadie puede disponer del día de su muerte. Es un combate sin piedad y no hay maldad que nos pueda salvar. (Eclesiastés (Qohelet) 8, 8)

  • Los que temen al Señor salvarán su vida porque pusieron su esperanza en el que los puede salvar. (Sirácides (Eclesiástico) 34, 13)

  • Siete mujeres se pelearán por un solo hombre en ese día, y le suplicarán: «Nos alimentaremos por nuestra cuenta, y lo mismo nos vestiremos nosotras, permítenos solamente llevar tu apellido, para salvar así nuestra honra.» (Isaías 4, 1)

  • Los habitantes de estas costas temblarán y dirán: «¡Miren lo que le ha ocurrido a aquel en quien confiábamos, y a quien acudíamos en busca de protección, para vernos seguros y libres del rey de Asiria! Y ahora, ¿cómo nos vamos a salvar nosotros?» (Isaías 20, 6)

  • Así habla el rey: No se dejen engañar por Ezequías, porque no los podrá salvar; (Isaías 36, 14)

  • Ezequías los está engañando al decirles: «Yavé nos salvará.» ¿Pudieron, acaso, los dioses de las naciones salvar cada uno a su país de las manos del rey de Asur? (Isaías 36, 18)

  • ¿Cuál de todos los dioses de esos países ha salvado a su país de mis manos? ¿Cómo, pues, Yavé podría salvar de mis manos a Jerusalén?» (Isaías 36, 20)

  • Reúnanse y vengan, acérquense y traten de entender, ustedes que sobreviven entre las naciones: Son tontos los que le creen a una estatua, a una cosa de madera, y rezan a un dios incapaz de salvar. (Isaías 45, 20)

  • Se desploman y se caen junto con éstas, incapaces de salvar a las que los transportan. Ellos también van al cautiverio. (Isaías 46, 2)

  • O bien, ¿a quién debo yo dinero, y a quién los he vendido? Por culpa de sus pecados fueron vendidos y por sus infidelidades me divorcié de su madre. ¿Por qué, cuando llegué, no encontré a nadie, y cuando llamé, nadie me respondió? ¿Se me habrá acortado el brazo, que no alcanza a salvar, o será que ya no tengo fuerzas? Con un solo gesto dejo seco el mar y cambio los ríos en desiertos. Sus peces, sin agua, quedan en seco y mueren de sed. (Isaías 50, 2)

  • No, no es que el brazo de Yavé no alcance a salvar, ni que su oído esté demasiado sordo para oír. (Isaías 59, 1)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina