Encontrados 120 resultados para: Rey Mesa

  • Jesús estuvo comiendo en la casa de Leví, y algunos cobradores de impuestos y pecadores estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos; en realidad eran un buen número. Pero también seguían a Jesús (Evangelio según San Marcos 2, 15)

  • maestros de la Ley del grupo de los fariseos y, al verlo sentado a la misma mesa con pecadores y cobradores de impuestos, dijeron a los discípulos: «¿Qué es esto? ¡Está comiendo con publicanos y pecadores!» (Evangelio según San Marcos 2, 16)

  • Pero ella le respondió: «Señor, los perritos bajo la mesa comen las migajas que dejan caer los hijos.» (Evangelio según San Marcos 7, 28)

  • Y mientras estaban a la mesa comiendo, les dijo: «Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar, uno que comparte mi pan.» (Evangelio según San Marcos 14, 18)

  • Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y con ellos se sentaron a la mesa un buen número de cobradores de impuestos y gente de toda clase. (Evangelio según San Lucas 5, 29)

  • Y los que estaban con él a la mesa empezaron a pensar: «¿Así que ahora pretende perdonar pecados?» (Evangelio según San Lucas 7, 49)

  • Cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Entró y se sentó a la mesa. (Evangelio según San Lucas 11, 37)

  • Felices los sirvientes a los que el patrón encuentre velando a su llegada. Yo les aseguro que él mismo se pondrá el delantal, los hará sentar a la mesa y los servirá uno por uno. (Evangelio según San Lucas 12, 37)

  • Gente del oriente y del poniente, del norte y del sur, vendrán a sentarse a la mesa en el Reino de Dios. (Evangelio según San Lucas 13, 29)

  • Hubiera deseado saciarse con lo que caía de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamerle las llagas. (Evangelio según San Lucas 16, 21)

  • Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apóstoles (Evangelio según San Lucas 22, 14)

  • Sepan que la mano del que me traiciona está aquí conmigo sobre la mesa. (Evangelio según San Lucas 22, 21)


“Não há nada mais inaceitável do que uma mulher caprichosa, frívola e arrogante, especialmente se é casada. Uma esposa cristã deve ser uma mulher de profunda piedade em relação a Deus, um anjo de paz na família, digna e agradável em relação ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina