Encontrados 46 resultados para: Quedar

  • Cuatro hombres se hallaban en la entrada de la ciudad, al otro lado del muro. Eran leprosos. Ese día se dijeron: «¿Vamos a quedar aquí hasta morir? (2 Reyes 7, 3)

  • Sus descendientes son éstos: El primogénito de Ismael: Nebayot; después, Quedar, Abdeel, Mibsam, (1 Crónicas 1, 29)

  • Asá y la gente que estaba con él los persiguieron hasta Guerar y cayeron de los etíopes hasta no quedar uno vivo, pues fueron destrozados delante de Yavé y su campamento; y se recogió un botín inmenso. (2 Crónicas 14, 12)

  • ¡Ay de mí que en Mesec debo vivir y habitar en las tiendas de Quedar! (Salmos 120, 5)

  • y tuvieron la buena idea de destruirlo, para no quedar avergonzados por él, por cuanto los paganos lo habían profanado. (1 Macabeos 4, 45)

  • Así cayeron todos al filo de la espada sin quedar ni uno solo. Se apoderaron de los despojos del botín, cortaron la cabeza de Nicanor y la mano derecha que había levantado con soberbia, y las colgaron a la entrada de Jerusalén a la vista de todos. (1 Macabeos 7, 47)

  • No se podía mirar el rostro del Sumo Sacerdote sin quedar impresionado, pues su aspecto y su palidez demostraban la angustia de su alma. (2 Macabeos 3, 16)

  • Pero tú no te imagines que vas a quedar impune después de haber hecho la guerra a Dios.» (2 Macabeos 7, 19)

  • Yavé detesta el corazón altanero: no podrá quedar sin castigo. (Proverbios 16, 5)

  • Soy morena, pero bonita, hijas de Jerusalén, como las carpas de Quedar, como las carpas de Salomón. (Cantar 1, 5)

  • Una hija es para su padre una causa secreta de inquietud; el cuidado que le ocasiona le quita el sueño; si es joven, por el temor a que demore en casarse; si está casada, a que su marido le tome tirria. 10. Mientras es virgen, podría dejarse seducir y quedar embarazada en la casa de su padre. Si tiene marido, tal vez podría serle infiel o bien no darle hijos. (Sirácides (Eclesiástico) 42, 9)

  • En mis oídos ha resonado la palabra de Yavé de los Ejércitos: «Han de quedar en ruinas muchas casas grandes y hermosas, y no habrá quien las habite. (Isaías 5, 9)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina