Encontrados 327 resultados para: Pueblos

  • Cuando hayas entrado en la tierra que Yavé, tu Dios, te da, no imites las costumbres perversas de aquellos pueblos. (Deuteronomio 18, 9)

  • Esos pueblos que vas a desalojar escuchan a hechiceros y adivinos, pero a ti, Yavé, tu Dios, te dio algo diferente. (Deuteronomio 18, 14)

  • tus jueces y tus jefes irán a medir la distancia entre la víctima y los pueblos vecinos. (Deuteronomio 21, 2)

  • A estos pueblos nunca les proporcionarás prosperidad ni bienestar. (Deuteronomio 23, 7)

  • Todos los pueblos de la tierra verán que te protege el Nombre de Yavé, y te respetarán. (Deuteronomio 28, 10)

  • Yavé te pondrá a la cabeza de los pueblos y no a la cola; siempre estarás encima y nunca debajo si cumples los mandamientos de Yavé, tu Dios, que yo hoy te prescribo, guardándolos y poniéndolos en práctica, (Deuteronomio 28, 13)

  • Yavé hará que seas derrotado por tus enemigos. Por un camino irás a pelear en su contra y por siete caminos huirás de ellos. Al verte se horrorizarán todos los pueblos de la tierra. (Deuteronomio 28, 25)

  • Tus hijos y tus hijas serán entregados a pueblos extranjeros y enfermerás con tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada. (Deuteronomio 28, 32)

  • Andarás perdido, siendo el juguete y la burla de todos los pueblos donde Yavé te llevará. (Deuteronomio 28, 37)

  • Yavé te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres han conocido. (Deuteronomio 28, 64)

  • Entonces Yavé, tu Dios, hará que vuelvan los cautivos de tu pueblo, tendrá piedad de ti y te reunirá de nuevo de en medio de todos los pueblos donde Yavé te haya dispersado. (Deuteronomio 30, 3)

  • Cuando el Altísimo dio a cada pueblo su tierra, cuando repartió a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos según el número de los Hijos de Dios. (Deuteronomio 32, 8)


“Se tanta atenção é dada aos bens desta Terra, quanto mais se deve dar aos do Céu? Faça, portanto, uma boa leitura espiritual, a santa meditação, o exame de consciência, e fará progresso na perfeição cristã e no amor de Jesus.” São Padre Pio de Pietrelcina