Encontrados 232 resultados para: Muertos

  • y rezaron al Señor para que perdonara totalmente ese pecado a sus compañeros muertos. El valiente Judas exhortó a sus hombres a que evitaran en adelante tales pecados, pues acababan de ver con sus propios ojos lo que sucedía a los que habían pecado. (2 Macabeos 12, 42)

  • Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por los muertos; para que fueran perdonados de su pecado. (2 Macabeos 12, 45)

  • Haremos de él un buen bocado, como se hace en la Morada de los muertos, caeremos sobre él como la muerte. (Proverbios 1, 12)

  • De su casa se pasa al lugar de los muertos, es un camino que se hunde en el mundo de los muertos. (Proverbios 7, 27)

  • Pero el auditor no sabe que por allí andan rondando los muertos, los que ella invita descienden a los infiernos. (Proverbios 9, 18)

  • El camino que sube, el de la vida, es para el hombre sensato; éste evitará el que baja a la morada de los muertos. (Proverbios 15, 24)

  • El que se aparta del camino de la prudencia, pronto descansará entre los muertos. (Proverbios 21, 16)

  • Debes corregirlo: así lo salvarás de la morada de los muertos. (Proverbios 23, 14)

  • la morada de los muertos, la mujer estéril, la tierra que carece de agua, y el fuego que nunca dice: "¡Basta!". (Proverbios 30, 16)

  • Ahí está lo malo en todo lo que se hace bajo el sol: que todos corren la misma suerte; es por eso que los hijos de Adán están llenos de ideas malvadas, y sus pensamientos se descarrilan a lo largo de toda su vida esperando acabar entre los muertos. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 3)

  • Los vivos saben que morirán; los muertos, nada saben. No tienen nada que esperar: son sólo un recuerdo olvidado. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 5)

  • Haz todo lo que esté a tu alcance y que te sientas capaz de hacer; porque en la morada de los muertos a donde tú vas, no hay ni trabajos ni problemas ni conocimiento ni sabiduría. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 10)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina