Encontrados 25 resultados para: Matatías

  • Matatías, a grandes voces, respondió: «Aunque todas las naciones que forman el reino abandonen la religión de sus padres y se sometan a las órdenes del rey Antíoco, (1 Macabeos 2, 19)

  • Al verlo Matatías su celo se encendió, se estremeció su corazón y se dejó llevar por su justa indignación. Se abalanzó sobre el otro y lo degolló sobre el altar. (1 Macabeos 2, 24)

  • Matatías se puso luego a gritar en la ciudad: «El que tenga celo por la Ley y sea partidario de la Alianza, que me siga.» (1 Macabeos 2, 27)

  • Matatías y sus amigos, al saber lo ocurrido, celebraron el duelo. (1 Macabeos 2, 39)

  • Matatías y sus amigos hacían expediciones: destruían los altares, (1 Macabeos 2, 45)

  • Cuando se acercó su muerte, Matatías dijo a sus hijos: «Ahora mandan los insolentes y los violentos; es un tiempo de crisis en que Dios descarga su enojo. (1 Macabeos 2, 49)

  • Matatías los bendijo y fue a reunirse con sus padres. (1 Macabeos 2, 69)

  • Los que estaban al lado de Jonatán huyeron. Sólo quedaron Matatías, hijo de Absalón, y Judas, hijo de Calfí, jefes del ejército. (1 Macabeos 11, 70)

  • En las frecuentes guerras libradas en nuestro país, Simón, hijo de Matatías, sacerdote de la familia de Joarib, y sus hermanos, han arriesgado sus vidas y se han levantado contra los enemigos de su nación para mantener el Templo y la Ley, conquistando gloria eterna para su nación. (1 Macabeos 14, 29)

  • Simón estaba recorriendo las ciudades de Judea para enterarse de su administración. El undécimo mes, llamado Sabat, del año ciento setenta y siete, llegó a Jericó con sus dos hijos, Matatías y Judas. (1 Macabeos 16, 14)

  • Por este motivo, envió a Posidonio, Teodoto y Matatías para concertar la paz. (2 Macabeos 14, 19)

  • hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Eslí, hijo de Nagai, (Evangelio según San Lucas 3, 25)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina