Encontrados 132 resultados para: Madera

  • Los elefantes llevaban sobre sí una torre fuerte de madera, sujeta con un correaje; en esa torre había cuatro combatientes, además del conductor. (1 Macabeos 6, 37)

  • El rey Salomón se ha hecho una litera de madera del Líbano. (Cantar 3, 9)

  • para vivir rinde homenaje al que no vive; para que lo ayude, se lo pide a esa madera impotente; antes de un viaje, invoca al que no camina. (Sabiduría 13, 18)

  • Veamos a otro que se prepara para embarcarse. Antes de enfrentar el furor de las olas, invoca a un pedazo de madera más frágil aún que la embarcación que lo llevará. (Sabiduría 14, 1)

  • No quieres que los hombres, obras de tu Sabiduría, estén sin hacer nada; pero, mira cómo confían su vida a un pedazo de madera: una balsa les permite atravesar las olas sanos y salvos. (Sabiduría 14, 5)

  • ¡Bendita sea la madera que fue instrumento de tu salvación! (Sabiduría 14, 7)

  • Todo esto se ha convertido en una trampa para los vivos: hombres azotados por la desgracia o sometidos a los poderosos dieron a piedras o a la madera el Nombre incomunicable. (Sabiduría 14, 21)

  • Una techumbre de madera bien ensamblada y clavada no se suelta con un temblor, el que se decidió después de madura reflexión no se conmoverá en la adversidad. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 16)

  • Un cerco de madera en una altura no resiste al viento; lo mismo el insensato frente a sus propios terrores: cualquier miedo lo domina. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 18)

  • Acuérdate de aquella madera que endulzó las aguas amargas, y con eso el Señor dio a conocer su poder. (Sirácides (Eclesiástico) 38, 5)

  • ¿Acaso el hacha se cree más que el leñador, o la sierra, más que el aserrador? ¡Como si el bastón mandara a quien lo usa o el palo moviera al que no es de madera! (Isaías 10, 15)

  • Y han echado al fuego a sus dioses, aunque no son dioses sino hechura de mano de hombre, de madera o de piedra, y por eso han sido destruidos. (Isaías 37, 19)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina