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y en todos los lugares adonde iba, pueblos, ciudades o aldeas, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejara tocar al menos el fleco de su manto. Y todos los que lo tocaban quedaban sanos. (Evangelio según San Marcos 6, 56)
Habrá conflictos: nación contra nación, y reino contra reino. Habrá terremotos y hambre en diversos lugares. Estos serán los primeros dolores del parto. (Evangelio según San Marcos 13, 8)
Ellos, por su parte, salieron a predicar en todos los lugares. El Señor actuaba con ellos y confirmaba el mensaje con los milagros que lo acompañaban. (Evangelio según San Marcos 16, 20)
A medida que el niño iba creciendo, le vino la fuerza del Espíritu. Vivió en lugares apartados hasta el día en que se manifestó a Israel. (Evangelio según San Lucas 1, 80)
Pero él buscaba siempre lugares solitarios donde orar. (Evangelio según San Lucas 5, 16)
Ellos partieron a recorrer los pueblos; predicaban la Buena Nueva y hacían curaciones en todos los lugares. (Evangelio según San Lucas 9, 6)
Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos discípulos y los envió de dos en dos delante de él, a todas las ciudades y lugares adonde debía ir. (Evangelio según San Lucas 10, 1)
Cuando el espíritu malo sale del hombre, empieza a recorrer lugares áridos, buscando un sitio donde descansar. Como no lo encuentra, se dice: Volveré a mi casa de donde tuve que salir. (Evangelio según San Lucas 11, 24)
«Cuídense de esos maestros de la Ley a los que les gusta llevar largas vestiduras, y ser saludados en las plazas, y ocupar los puestos reservados en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes. (Evangelio según San Lucas 20, 46)
Habrá grandes terremotos, pestes y hambre en diversos lugares. Se verán también cosas espantosas y señales terribles en el cielo. (Evangelio según San Lucas 21, 11)
«Yo he hablado abiertamente al mundo. He enseñado constantemente en los lugares donde los judíos se reúnen, tanto en las sinagogas como en el Templo, y no he enseñado nada en secreto. (Evangelio según San Juan 18, 20)
Mientras tanto, los que se habían dispersado anunciaban la Palabra en los lugares por donde pasaban. (Hecho de los Apóstoles 8, 4)
