Encontrados 750 resultados para: Lugar

  • a mis cinco hermanos: que vaya a darles su testimonio para que no vengan también ellos a parar a este lugar de tormento.» (Evangelio según San Lucas 16, 28)

  • Cuando llegó Jesús al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa.» (Evangelio según San Lucas 19, 5)

  • Llegados al lugar, les dijo: «Oren para que no caigan en tentación.» (Evangelio según San Lucas 22, 40)

  • Al llegar al lugar llamado de la Calavera, lo crucificaron allí, y con él a los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. (Evangelio según San Lucas 23, 33)

  • Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo en el mismo lugar con dos de sus discípulos. (Evangelio según San Juan 1, 35)

  • Nuestros padres siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios y ustedes, los judíos, ¿no dicen que Jerusalén es el lugar en que se debe adorar a Dios?» (Evangelio según San Juan 4, 20)

  • Pero el enfermo no sabía quién era el que lo había sanado, pues Jesús había desaparecido entre la multitud reunida en aquel lugar. (Evangelio según San Juan 5, 13)

  • Jesús les dijo: «Hagan que se sienta la gente.» Había mucho pasto en aquel lugar, y se sentaron los hombres en número de unos cinco mil. (Evangelio según San Juan 6, 10)

  • Mientras tanto algunas lanchas de Tiberíades habían atracado muy cerca del lugar donde todos habían comido el pan. (Evangelio según San Juan 6, 23)

  • ¿Qué será, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir al lugar donde estaba antes? (Evangelio según San Juan 6, 62)

  • Después de esto, Jesús iba de un lugar a otro por Galilea; no quería estar en Judea porque los judíos deseaban matarle. (Evangelio según San Juan 7, 1)

  • Jesús dijo estas cosas en el lugar donde se reciben las ofrendas, cuando estaba enseñando en el Templo, pero nadie lo tomó preso, porque aún no había llegado su hora. (Evangelio según San Juan 8, 20)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina