Encontrados 17 resultados para: Llamarán

  • Entonces los ancianos lo llamarán y le hablarán. Si él porfía en decir: «No quiero tomarla por mujer», (Deuteronomio 25, 8)

  • Ellos llamarán a los pueblos a la montaña sagrada, ahí ofrecerán sacrificios justos, pues gozan de las riquezas del mar y los tesoros escondidos en la arena. (Deuteronomio 33, 19)

  • Entonces me llamarán pero no responderé, me buscarán pero no me hallarán. (Proverbios 1, 28)

  • Haré a tus gobernantes como eran antes, y a tus consejeros como en otros tiempos. Entonces te llamarán Ciudad Fiel, Lugar de la Justicia. (Isaías 1, 26)

  • ¡Baja y siéntate en el suelo, virgen hija de Babel! No más trono: Siéntate en la tierra, hija de los caldeos. Ya no te llamarán más delicada y tierna. (Isaías 47, 1)

  • Siéntate en silencio, colócate en la sombra, hija de los caldeos. Ya nunca más te llamarán soberana de los reinos. (Isaías 47, 5)

  • Volverás a edificar sobre las ruinas antiguas y reconstruirás sobre los cimientos del pasado; y todos te llamarán: El que repara sus muros, el que arregla las casas en ruinas. (Isaías 58, 12)

  • Vendrán a verte y se inclinarán ante ti los hijos de los que te humillaban, y se echarán a tus pies los que te despreciaban. Te llamarán: «Ciudad de Yavé», «Sión del Santo de Israel». (Isaías 60, 14)

  • Verán tu justicia las naciones, y los reyes contemplarán tu gloria y te llamarán con tu nombre nuevo, el que Yavé te habrá dado. (Isaías 62, 2)

  • No te llamarán más «Abandonada», ni a tu tierra «Desolada», sino que te llamarán «Mi preferida» y a tu tierra «Desposada». Porque Yavé se complacerá en ti y tu tierra tendrá un esposo. (Isaías 62, 4)

  • Entonces los llamarán a ustedes «Pueblo Santo», «Rescatados por Yavé», y a ti te dirán «La deseada», «Ciudad no Abandonada». (Isaías 62, 12)

  • Entonces llamarán a Jerusalén «el trono de Yavé» y a su alrededor se juntarán todas las naciones, sin seguir más la dureza de sus malos corazones. (Jeremías 3, 17)


“O santo silêncio nos permite ouvir mais claramente a voz de Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina