Encontrados 37 resultados para: Joram

  • Cuando Josafat se acostó con sus padres, lo sepultaron al lado de ellos en la ciudad de David, y Joram, su hijo, le sucedió. (1 Reyes 22, 51)

  • Murió en efecto, según lo había dicho Yavé por boca de Elías y, debido a que no tenía hijos, su hermano Joram reinó en su lugar, en el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá. (2 Reyes 1, 17)

  • Joram, hijo de Ajab, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaria, el año dieciocho de Josafat, rey de Judá, y reinó doce años. (2 Reyes 3, 1)

  • Aquel día, salió el rey Joram de Samaria y pasó revista a todo Israel. (2 Reyes 3, 6)

  • Y preguntó: «¿Por qué camino subiremos?» Joram le respondió: «Por el camino del desierto de Edom.» (2 Reyes 3, 8)

  • Joram, hijo de Josafat, rey de Judá, comenzó a reinar el año quinto de Joram, rey de Israel. (2 Reyes 8, 16)

  • Fue Joram a atacar la ciudad de Saír con todos sus carros de guerra. Ahí, atacando de noche, logró escapar a los edomitas que lo tenían cercado a él y a los jefes de los carros, pero los israelitas se habían dispersado. (2 Reyes 8, 21)

  • Lo demás, referente a Joram y todo lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 8, 23)

  • Cuando murió Joram, lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y su hijo Ocozías le sucedió. (2 Reyes 8, 24)

  • Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, comenzó a reinar el año doce de Joram, rey de Israel. (2 Reyes 8, 25)

  • Partió con Joram, hijo de Ajab, para hacer la guerra a Jazael, rey de Aram, en Ramot de Galaad. Pero los arameos dejaron herido a Joram, (2 Reyes 8, 28)

  • Así fue como Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsí, conspiró contra Joram. En ese momento Joram con los israelitas estaba defendiendo la ciudad de Ramot en Galaad, contra Jazael, rey de Aram, (2 Reyes 9, 14)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina