Encontrados 26 resultados para: Jonás

  • Jonás entró en la ciudad e hizo un día de camino pregonando: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida.» (Jonás 3, 4)

  • A Jonás esto no le gustó nada, y se enojó. (Jonás 4, 1)

  • Yavé le contestó: «Jonás, ¿crees tú que tienes razón para enojarte así?» (Jonás 4, 4)

  • Pero Jonás salió de Nínive y se hizo una cabaña al este de la ciudad, para ver lo que sucedería a la ciudad. (Jonás 4, 5)

  • Entonces Yavé Dios hizo brotar una planta de ricino que creció por encima de Jonás para dar sombra a su cabeza y así calmarlo de su enojo. Jonás se alegró mucho por la planta. (Jonás 4, 6)

  • Al salir el sol, Yavé hizo soplar viento caliente desde el este. El sol acaloró tanto a Jonás que éste se desmayó. Se deseó la muerte y dijo: «Mejor es morir que vivir.» (Jonás 4, 8)

  • Entonces Yavé le preguntó: «¿Te parece bien enojarte por este ricino?» Jonás respondió: «Sí, tengo razón para estar enojado hasta el punto de querer morir.» (Jonás 4, 9)

  • Pero él contestó: «Esta raza perversa e infiel pide una señal, pero solamente se le dará la señal del profeta Jonás. (Evangelio según San Mateo 12, 39)

  • Porque del mismo modo que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra. (Evangelio según San Mateo 12, 40)

  • Los hombres de Nínive resucitarán en el día del juicio junto con esta generación y la condenarán, porque ellos cambiaron su conducta ante la predicación de Jonás, y aquí ustedes tienen mucho más que Jonás. (Evangelio según San Mateo 12, 41)

  • ¡Generación mala y adúltera! Ustedes piden una señal, pero señal no tendrán, sino la señal de Jonás.» Jesús, pues, los dejó y se marchó. (Evangelio según San Mateo 16, 4)

  • Aumentaba la multitud por la gente que llegaba y Jesús empezó a decir: «La gente de este tiempo es gente mala. Piden una señal, pero no tendrán más señal que la señal de Jonás. (Evangelio según San Lucas 11, 29)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina